Las últimas cifras oficiales aportadas por el Servicio Público de Empleo Estatal anotan un máximo histórico en la contratación de personas con discapacidad, que entre enero y julio de 2022 ha alcanzado en Aragón los 1.837 contratos, un 13,5% más que en 2021 y superando en un 5% la cifra alcanzadas en tiempos prepandemia (1.751).
Detrás de este incremento subyace, indudablemente, la recuperación económica, tras haber dejado atrás la etapa más dura de la emergencia sanitaria, pero también un paulatino cambio de mentalidad en la sociedad y en las empresas, propiciado precisamente por la pandemia. De este modo, las compañías son cada vez más conscientes del talento que aportan las personas con discapacidad, viendo reforzados valores como el sacrificio, la superación o el esfuerzo, tan necesarios en una sociedad diversa y competitiva.
Además, la consolidación de la ley que exige a las empresas la incorporación de personas con discapacidad (que en 2022 cumple 4 décadas) y la mayor visibilidad de la discapacidad durante los últimos años gracias, entre otros, a la globalización y al auge de las redes sociales, han hecho que el empleo deje de ser considerado un anhelo inalcanzable o reservado a unos pocos para convertirse en un derecho fundamental y en el vehículo por excelencia para que las personas con discapacidad alcancen sus metas personales.
En este sentido, y aun habiéndose incrementado la contratación, la participación de las personas con discapacidad en el mercado laboral sigue siendo deficitaria (34%), lo que quiere decir que el 66% de las que se encuentra en edad laboral, no tiene empleo ni lo busca. La tasa de actividad para el resto de la población se eleva en 42 puntos porcentuales, hasta alcanzar el 76%, según la encuesta EPD del INE.
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