Circular a 2.000 metros con el Pirineo como paisaje: así son los trenes de alta montaña en Aragón

Como si del Hogwarts Express se tratase, los trenes de alta montaña pasan en Aragón por los lugares más mágicos e impresionantes.
El Tren El Sarrio permite disfrutar de las vistas de Panticosa
photo_camera El Tren El Sarrio permite disfrutar de las vistas de Panticosa

Como si del Hogwarts Express atravesando las montañas con Harry Potter y sus amigos de pasajeros se tratase, los trenes de alta montaña pasan en Aragón por los lugares más mágicos e impresionantes y por unos paisajes que se ven de otra manera cuando uno se sube a ellos. Quizás, el tren de Artouste, en la frontera entre España y Francia, sea uno de los más conocidos y no es para menos y es que es el tren turístico más alto de Europa. Con una travesía serpenteada a más de 2.000 metros de altitud enseña paisajes impresionantes de la cordillera pirenaica, los idílicos lagos y los pastos en los que se pueden ver sarrios y pequeñas marmotas. Pero en el Pirineo aragonés también hay otros trenes a través de los cuales descubrir lugares mágicos.

1. Tren del Valle de Tena

Un viaje al corazón del Valle de Tena es lo que ofrece el tren de alta montaña que sale desde Piedrafita de Jaca y que permite recorrer alguno de los lugares más bonitos de valle a través de un agradable recorrido. Con unas dos horas de duración, el tren pasa por el Parque Natural La Cuniacha, por Peña Telera, por el Laberinto de los Pirineos, donde se puede ver un impresionante bosque de pino rojo y hayas, por el Ibón de Piedrafita y por los Prados de Lana Mayor.

Foto: Tren Valle de Tena

Un recorrido en el que se realizan paradas para que los visitantes puedan admirar cada uno de estos lugares con un mayor detenimiento. El tren, además, cuenta con un audio guía que explicará los lugares, las tradiciones, la flora y la fauna, la historia y los secretos de un valle que, dicen, es mágico.

El tren es gratuito para los menores de cuatro años y tiene un coste de 12 euros hasta los 8 años de edad y de 18 euros para los niños mayores de 9 años y los adultos. Es recomendable reservar en la página web: https://www.trenvalledetena.com/.

2. Tren de Tramacastilla al Ibón de las Paúles

Posiblemente el Ibón de las Paúles sea uno de los paisajes más espectaculares del Valle de Tena, tanto en invierno con la nieve y el hielo dándole una imagen única como en primavera cuando los colores afloran con mayor intensidad. El tren de Tramacastilla de Tena ofrece un viaje panorámico de menos de una hora de duración a estos ibones que el visitante podrá conocer mejor gracias a las explicaciones del audio guía.

La flora, la fauna y los inolvidables paisajes de la Partacua protagonizan un agradable recorrido en el que el visitante podrá decidir si baja en el idílico tren o a pie de una de las joyas del Pirineo aragonés.

El precio del tren de Tramacastilla es de 17 euros para adultos y de 13 para niños entre 3 y 12 años. Las entradas se pueden adquirir en: https://trenelsarrio.com/venta-de-billetes/.

3. Tren de Panticosa

A una altura de más de 1.500 metros te llevará el Tren de Panticosa con destino al Valle de la Ripera, un lugar con mucho encanto, pero algo desconocido que se encuentra entre Panticosa y el valle de Bujaruelo. El recorrido es impresionante por la belleza de los paisajes, pero lo mejor está al llegar a este valle. Allí, se abren hasta seis rutas que podrás hacer admirando la naturaleza de esta zona.

Para los más pequeños o los amantes de las rutas sencillas, en una pequeña caminata de media hora puedes llegar al salto de Tendenera y si eres más montañero, no te pierdas las rutas a los ibones de Catiera, Mallaruego o Sabocos. Además, una de las más curiosas de estas rutas es la de el Dedo de Yenefrito, una roca en forma de, como su propio nombre indica, dedo, desde la que se puede ver el Pirineo en todo su esplendor.

El precio del tren de Panticosa es de 17 euros para adultos y de 13 para niños entre 3 y 12 años. Las entradas se pueden adquirir en: https://trenelsarrio.com/venta-de-billetes/.

Uno de los grandes encantos de estos trenes de alta montaña es que, además de tener un aspecto de cuento, circulan sobre ruedas y no sobre raíles. Además, muchos son la única manera de subir a estos lugares en un vehículo, pues el resto tienen prohibido el acceso.