Opinión

Silencio ante la masacre de cristianos en Nigeria

Santiago Morón 2024. Tribuna Digital
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Una nueva masacre en Nigeria dejaba un reguero de devastación para las familias y allegados de las víctimas cuando el pasado 5 de junio de 2022, Domingo de Pentecostés, unos hombres armados irrumpieron en la iglesia católica de San Francisco Javier de Owo, en el estado de Ondo, y abrieron fuego contra los fieles que celebraban la solemnidad.

Muchos murieron, entre ellos varios niños. Los médicos locales, citados por las agencias internacionales, informaron de que muchos llegaron al hospital ya sin vida. Según fuentes locales, hubo más de cuarenta víctimas. Pero también se temió por los supervivientes. Aunque fueron rescatados inmediatamente y trasladados al hospital, corrieron el riesgo de no sobrevivir por sus heridas. También por la escasez de servicios sanitarios.

Apenas ha transcurrido poco más de un mes desde que el pasado 12 de mayo de 2022 conocíamos el feroz asesinato de Deborah Samuel. Una estudiante cristiana de la Universidad de Shehu Shagarim en la ciudad de Sokoto, capital del estado del mismo nombre. Una turba de estudiantes islamistas de esta universidad del noroeste de Nigeria, irritados porque Deborah Samuel era cristiana, la sacaron a la fuerza del puesto de seguridad donde estaba escondida, la golpearon y la quemaron hasta su muerte por presuntamente publicar un mensaje insultando al islam y a Mahoma en un grupo de WhatsApp.

Más allá de la terrible persecución ejercida por Boko Haram en Nigeria, que ha provocado miles de muertes a cristianos y desplazamientos internos, no es la primera vez que el fundamentalismo islámico se ensaña con los cristianos en Nigeria.

Por desgracia, en España conocemos bien las devastadoras consecuencias de la violencia islamista. Hemos sufrido algunos de los atentados más graves de toda Europa por parte de grupos yihadistas. Más aún, muchos pueblos y barrios de toda España viven con miedo por la expansión de ideas islamistas radicales. Así como prácticas humillantes contra la mujer como el matrimonio forzoso. Que en tantas ocasiones no cuentan con la cobertura mediática ni la lucha política que deberían.

Desde VOX consideramos que es responsabilidad de nuestra nación y de sus instituciones mostrar un mensaje claro de condena a la violencia vinculada al islamismo y de apoyo a aquellos que sufren sus estragos. Por eso planteamos en las Cortes de Aragón, a los pocos días del terrible atentado en Nigeria, una declaración institucional de condena. Pero no obtuvo el respaldo de ningún otro grupo parlamentario. Más bien, tan sólo suscitó el silencio como respuesta. Éste era el texto propuesto: “Las Cortes de Aragón condenamos con la máxima contundencia la violencia ejercida contra los cristianos alrededor del mundo, y en especial en Nigeria, y exigimos que el Gobierno de España tome las medidas necesarias para garantizar el respeto a la fe cristiana frente a las persecuciones. Sin excluir la participación de España, según nuestros intereses y capacidades, en misiones de seguridad internacional que luchen contra el yihadismo. Y en defensa de la civilización y del respeto de la dignidad de la persona y de los derechos inviolables que le son inherentes”.

Obviamente, la declaración institucional no prosperó. Pero no dejaremos que el silencio ahogue nuestro compromiso en contra de todo tipo de violencia y en defensa del respeto a los valores de nuestra cultura.