La víctima del tercer robo de la Banda del Badoo sufrirá estrés postraumático "de forma permanente"

El juicio ha quedado visto para sentencia // Foto: Laura Trives
photo_camera El juicio ha quedado visto para sentencia // Foto: Laura Trives
Una de las tres víctimas de la conocida como Banda del Badoo sufrirá durante toda su vida estrés postraumático por el episodio de violencia extrema que vivió cuando fue engañado tras quedar con una mujer para una cita en Luceni. Mohammed Achraf y Hedangeline Candy Arrieta se han sentado en el banquillo de los acusados, en la que se espera que sea su última vez, tras los violentos robos que presuntamente realizaron en el verano del 2019 en la comarca Ribera Alta del Ebro. Este miércoles se ha celebrado la última sesión del tercer procedimiento a Achraf y Candy por los tres violentos robos que supuestamente realizaron en el verano de 2019. Uno de ellos terminó con la muerte de un informático vasco que fue enterrado vivo en un paraje árido de Pedrola. En esta última jornada han declarado los guardias civiles de la Unidad Central Operativa que realizaron la investigación tecnológica. El acusado, Mohammed Achraf, portaba en su tobillo una pulsera de geolocalización por violencia de género que marcó “el itinerario” de los acusados y que coincidía con los tres puntos delictivos que sufrió la víctima, un vecino de Tudela. Donde fue atacado tras citarse con la que afirmó que era la acusada, en la estación de Luceni, el viaje que realizó hasta la nave en el maletero y por último donde fue abandonado, en medio de un campo. “Esta pulsera está comunicándose constantemente con su central dándole esas posiciones. Nos ha permitido realizar las zonas en las que estaban en cada momento”, han explicado. Los peritos forenses que realizaron el informe médico de la víctima han declarado que sufrió diversas lesiones como una incisa en el cuero cabelludo, una fractura en el peroné y multitud de heridas y edemas. Pero, tal y como explicó la propia víctima el lunes en su declaración, el dolor que sufrió “es más mental que físico”. Los forenses creen que tras este violento episodio el vecino de Tudela continúa sufriendo de secuela el estrés postraumático. “Son síntomas muy graves. Esto se ve mucho en funcionarios del Estado que han sufrido un atentado”, han añadido. “El sueño y el estado de ánimo está cambiando. Nos contó que iba andando por la calle de su pueblo y que cualquier ruido le sobresaltaba. Esa sensación de vivir con angustia es algo que acontece y se cronifica”, han concluido. Los forenses creen que esta secuela la sufrirá "de forma permanente, irreversible y definitiva". El juicio ha quedado visto para sentencia. Sin embargo, durante las cuestiones previas a los informes, la Fiscalía ha elevado la pena de diez a doce años y nueve meses de prisión por los delitos de robo con violencia, lesiones, detención ilegal y extorsión. La acusación particular, ejercida por la letrada Cristina Gracia, mantiene los 15 años de prisión. La defensa de Mohammed Achraf pide de calificación alternativa, si se le declara finalmente culpable, dos años y medio de prisión por robo con violencia. La defensa de Candy, llevada por el letrado Juan Manuel Martín Calvente, pide la total absolución. La Fiscal y la acusación particular también han pedido al tribunal que se conmute parte de la pena de prisión por la expulsión de cada uno a su país. Sin embargo, las defensas prefieren esperar a que se dicte sentencia.