Las pymes españolas atraviesan la “situación más difícil” desde 2014, según Cepyme

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La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) alertó este lunes de que las pymes están atravesando en España “la situación más difícil” que ha vivido el tejido empresarial desde 2014, ya que el indicador de 2021 se sitúa en los 5,4 puntos sobre 10, el mismo nivel que tenía hace ocho años. Así se pone de relieve en el Indicador sobre la Situación de la Pyme creado por Cepyme para medir las fortalezas y vulnerabilidades del tejido empresarial español, compuesto mayoritariamente por pymes. Este análisis incluye variables como productividad, costes, el crédito, la solvencia y la competitividad. El aumento de los costes totales, especialmente los suministros y la energía, es más rápido que el de las ventas. En concreto, según explicó la patronal, para el conjunto de las pymes los costes totales subieron un 23% en el primer trimestre de 2022 mientras que las ventas crecieron un 19,8%, lo que reduce los márgenes empresariales y deriva en un “empeoramiento de la liquidez y de la competitividad de la empresa”.

Costes laborales

En cuanto a los costes laborales totales, Cepyme indica que crecieron en 2021 un 5,1% (eliminando el efecto de los ERTE). Durante el primer trimestre de 2022 esta tendencia se agravó, aumentando los costes laborales un 5,7% de media. Además, las pequeñas son las que sufrieron un incremento mayor con una subida del 6,3% frente al 4,1% de las medianas. Además, Cepyme avisa de que las cotizaciones sociales se han elevado “de forma exponencial” en los últimos años. En este sentido, Cepyme atribuye la subida de los sueldos en las pymes a los incrementos del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) desde 655,2 euros en 2016 hasta 1.000 euros en 2022, a las revalorizaciones anuales de salarios pactadas en convenio, y a la “presión al alza que supone en los sueldos la falta de trabajadores para ocupar determinados puestos”. “Las empresas pequeñas tienen una productividad media inferior, motivo por el cual sus salarios son más bajos que en las grandes empresas. Esa menor productividad hace que una subida generalizada de salarios, como ocurre ahora, es más difícil de sobrellevar para las pymes. De hecho, en muchas empresas la subida salarial se realiza a costa de reducir los márgenes: las ventas por ocupado, en las empresas medianas, son en el primer trimestre de 2022 similares a las de 2015, cuando los salarios son casi un 9% más altos”, justifica esta patronal. En este punto, insta al Gobierno a llevar a cabo políticas “que fomenten una mayor productividad y competitividad en las empresas, como puede ser promoviendo un mayor crecimiento en el tamaño empresarial, por ejemplo, para lograr incrementos de los salarios, en lugar de optar por medidas cortoplacistas que penalizan la actividad empresarial”.

Rentabilidad

Por otra parte, Cepyme lamenta que la rentabilidad de las pequeñas y medianas empresas se ha “desplomado”, situándose en niveles de hace seis años. En concreto, la rentabilidad neta sobre el activo, que había comenzado a recuperarse en 2013, volvió a retroceder con el inicio de la pandemia. En el primer trimestre de 2022 se produjo el octavo descenso interanual en la rentabilidad neta sobre el activo. En 2019 se encontraba en el 3,7% y ha descendido al 3%. “En los últimos meses, la empresa española ha realizado un gran esfuerzo para continuar su funcionamiento y crear empleo, a pesar de que sus condiciones hayan empeorado drásticamente durante los últimos años”, describe el indicador de Cepyme. En lo inmediato, detalla Cepyme, las compañías han sufrido el mayor aumento de costes en décadas, unido esto a una ralentización del crecimiento de las ventas reales y también del crédito desde 2018, lo que ha contribuido a que las pymes tengan una productividad cada vez más debilitada. “Las pequeñas y medianas empresas continúan funcionando, pero son cada vez menos rentables. Su rentabilidad se ha desplomado y ha vuelto a niveles de 2016. A esto se suma que la falta de actividad en la pandemia les obligó a endeudarse, lo que compromete en algunos casos su viabilidad. De hecho, la prima de riesgo que sufre la pyme tiende a elevarse desde 2020 y a esto se añade un escenario de inminente subida de tipos por parte del Banco Central Europeo, un endurecimiento de las condiciones crediticias que ya se empieza a apreciar y el agotamiento de la moratoria concursal”, abunda el estudio. Este escenario dibujado por el Indicador Cepyme refleja una tendencia negativa iniciada entre los años 2017 y 2018 y que la pandemia ha agravado. El tejido productivo español se encuentra descapitalizado y en peores condiciones que las compañías de otros países europeos para hacer frente a la ralentización económica. La falta de ayudas directas efectivas, su menor cuantía y la burocracia han sido algunas razones que han llevado a que las pymes españolas sufran una peor salud que las del resto de la U E. De hecho, según lo recogido en las últimas encuestas del BCE, las empresas españolas se encuentran entre las más vulnerables de las grandes economías del euro de la patronal. A su juicio, “estos problemas estructurales explican en gran medida que la empresa española sea un 30% menor que la europea”. Además, en cuestión de tamaño, la empresa española retrocede cada vez más como síntesis de sus problemas estructurales y ha vuelto a caer en número de empleados por debajo del nivel que tenía en 2018. En este contexto, Cepyme reclama una “actuación urgente (tributaria, normativa y crediticia) para facilitar la adaptación de las pymes, donde trabajan casi nueve millones de personas, a un entorno económico que tenderá a complicarse por la evolución de la situación financiera, el fin de la moratoria concursal o la cronificación de la inflación debido a los efectos de segunda vuelta que generan la traslación del IPC a salarios”.