Tabook, la librería de segunda mano en Zaragoza que arrasa en Instagram

El gerente de Tabook, Jesús Salas, en el interior de esta librería zaragozana.
photo_camera El gerente de Tabook, Jesús Salas, en el interior de esta librería zaragozana.
Pocos planes son más placenteros que perderse entre los pasillos de una librería. Rebuscar entre las estanterías, dudar de si ya se tiene algún título o encontrar esa preciada edición que se nos había resistido durante tanto tiempo. El paseo, en Tabook, una librería de segunda mano situada en Zaragoza, puede durar horas: seguro que hay algo para todos entre sus más de 10.000 libros. Tabook, que esta semana ha cumplido dos años, nació en el momento más duro de la pandemia. “No me dio tiempo a salir en la primera semana tras el confinamiento”, recuerda Jesús Salas, dueño de la tienda, que cuenta que su intención era poder abrir el comercio el mismo día en el que la gente volviese a las calles: “El único retraso se debió a que los obreros no podían acceder a los materiales que necesitaban”. Nacer en medio de una de las situaciones más complejas de los últimos tiempos no restó ni un ápice las ganas del propio Salas. “Mis productos son libros que esperan en cajas, por lo que no tuve miedo al regreso”, reflexiona Salas, que tras dos años en el mostrador de la librería asegura que la experiencia es “muy positiva y hemos conseguido crear una comunidad de clientes agradable y a los que les encanta leer”.

Precios que entran por el inconsciente

Tabook es una más de las librerías de segunda mano que presentan sus precios por volumen: cuantos más libros se compran, más baratos para el comprador, hasta bajar a un precio de dos euros por unidad. “El tema de los precios es algo más psicológico que otra cosa: hay gente que sigue comprando solo uno o dos, otros que estiran hasta los cinco y gente que coge quince sin saber cuánto se va a gastar”, cuenta Salas, que en estos dos años ha podido ver muchas tipologías de clientes. Unos clientes que han dejado bastantes anécdotas. La más recordada, sin duda, la de dos jóvenes de Mérida que regalaron un libro a cada uno de los invitados: “Se casaban el 23 de abril, decidieron hacer este regalo tan original y eligieron, uno por uno, los 260 libros para cada uno de los invitados”. La librería situada en Díaz de Mendoza también ha funcionado como una máquina del tiempo. “Son muchas las personas que llegan aquí y recuerdan algunos libros de casa de sus padres o de cuando leían en el colegio”, cuenta Salas, que recupera otra anécdota para ilustrar lo visto: “Un hombre vino a recoger un paquete, vio una colección que tenía de niño en casa y acabó pidiendo un taxi para irse porque se la llevó al completo en varias cajas”.

La lucha por ser el más rápido en Instagram

Pero no solo se pueden elegir los libros de Tabook en la tienda. Las redes sociales se han convertido en el principal medio de difusión de este comercio. Y, sobre todo, Instagram, que se ha convertido en una carrera diaria por conseguir las últimas novedades. Salas publica ahí a diario unos 50 nuevos títulos y los usuarios de esta red social pueden reservarlos en la sección de comentarios. “Mucha gente se activa las notificaciones solo para no quedarse sin el libro que quiere”, comenta Salas, que ha tenido que cambiar su modo de publicación, aunque no existe fórmula: “Hay veces que piensas que libros recientes van a funcionar y no pasa, y otras que libros nada conocidos te los piden muchos clientes”. Con la recepción de libros paralizada hasta septiembre, ya que el almacén está al completo, Tabook celebra su segundo aniversario pensando en algunas mejoras que hagan del lugar algo más que una librería. “Creo que es más sencillo hacer algo para niños: cuentacuentos, talleres de cómics o cosas relacionadas con la literatura”, enumera Salas, cuya aspiración siempre ha sido hacer de Tabook un centro cultural completo. El gerente de la librería pone como ejemplo las exposiciones artísticas, que acompañan a Tabook desde su primer mes de vida: “Cada mes hay una muestra diferente y hay gente que viene solo para ver qué artista expone ese mes”. Sin dejar de pensar en cómo convertir Tabook en algo mucho más completo, Jesús Salas afronta su segundo año en el mostrador con alegría y felicidad, pero con ganas de hacer algo mucho más grande. El tiempo, y los libros, lo dirán.