Opinión

La deconstrucción sociocultural del progresismo

El origen de las crisis, en general, hunde sus raíces en el desorden moral, ético, humanista y cultural. Da lo mismo que sean crisis económicas, políticas, intelectuales, sociales, religiosas o formativas, porque, al fin y al cabo, el denominador común que hace naufragar aquellos espacios son la ausencia de valores y de principios rectores que debieran dar consistencia y equilibrio a aquellos sistemas, asegurando, asimismo, la acción honesta y positiva del ser humano.  Actualmente, en España, el área educativa atraviesa la mayor decadencia de nuestra democracia, debido en gran medida a la pertinaz progresía de la izquierda cada vez más radicalizada e intolerante.

A la Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, (LOMLOE), cuya responsable primigenia fue María Isabel Celaá Diéguez, exministra socialista de Educación, sigue dando ahora continuidad a esta ley trampa revestida de legitimidad, la aragonesa Pilar Alegría Continente como ministra socialista de Educación. A la vacuidad del gobierno social-comunista le importa muy poco la formación integral de los alumnos, aboga más bien por la ausencia del esfuerzo y del afán de superación. Será quizá por temor a que una buena formación lleve al éxito por el conocimiento, este a la excelencia profesional y, como consecuencia, a la realización del pleno desarrollo y en libertad de los educandos, y todo esto lleve aparejado cuestionarse y preocuparse por el valor profundo de las cosas.

La LOMLOE pretende destruir la uniformidad educativa a nivel nacional en cuanto a los contenidos de las materias, e incluso a la impartición de idénticas materias, otorgando a las Comunidades Autónomas una arbitraria potestad de añadir o restar en el ámbito de la enseñanza. Esto quiere decir que no se estudiarán las mismas materias y que aquellas que sean comunes podrán ser estudiadas de forma fragmentaria y por tanto incompleta. Y he aquí el quid de la cuestión: cuanta menos formación, menos conocimiento; cuanto menos conocimiento, menos actitud crítica; cuanto menos saber, menos libertad; cuanta menos libertad, más manipulación y sometimiento. Todo ello se articula a la perfección en la Agenda 20-30 junto al nauseabundo Nuevo Orden Mundial.

Con estas expectativas, el aborregamiento y la sumisión están servidas, y con ello la sed de poder institucional sofocada. No cabe duda que Pilar Alegría, ebria por su ascenso meteórico en el socialismo sectario español, busca con la implementación de la LOMLOE un caudillaje en el área educativa que le reporte a la “élite” gubernamental el control absoluto de los centros de enseñanza y la dependencia despótica de los padres doblegados ante el Estado. Está claro, el que no siga la música pierde las subvenciones públicas o las licencias pertinentes para enseñar. ¡Viva la libertad!

Los tiempos que corren se mueven en absurdos ideológicos, en naderías dialécticas que se olvidan del bien común para dar paso al adoctrinamiento sostenido de la conciencia moral. Diversidad identitaria, memoria democrática, roles de género, son algunas de las muestras en las que el socialismo totalitario hace hincapié respecto a su visión de la educación. Por tanto, ¿que nos ha ido trayendo hasta ahora la democracia?, ¿qué libertad nos predica?,¿qué referencias la avala? En fin, el beneplácito de las mayorías ha fracasado.

La lucha encarnizada de los partidos políticos y organismos sindicales, por cierto, los chupasangres de la sociedad, solamente buscan saciar la egolatría de sus intereses bebiendo de un océano que no tiene orillas. Parece ser que el triunfo democrático resida en un consenso desmemoriado, sin color político, en donde la ambición de dominio material y humano es la preeminencia de sus más arteras aspiraciones.

Cabe pensar, que a la izquierda procelosa le interese más tener animadores en las aulas que educadores en los centros escolares, quizá más aves de corral que coman a su hora que personas responsables con capacidad para tomar decisiones. La señora Alegría podría darnos una satisfacción si, en un acto de heroica acción contracorriente, revertiese esta ignominiosa LOMLOE haciendo recapacitar a su gobierno socialista de la gravedad de su puesta en escena, dejando de asfixiar (entre otras) a la educación concertada, pues simplemente con laicismo, feminismo y progresismo desusados y extravagantes no se educa, meramente se deconstruye.

Lo que no puedo llegar a entender es, con todo este aluvión de absurdas estrategias conducentes a la mediocridad y a la vagancia, cómo no saltan a la calle en protesta conveniente, no ya solo oleadas de padres indignados o asociaciones educativas o sindicatos ad hoc, sino también un buen elenco de profesionales del sector de la enseñanza avergonzados por este ultraje y atropello en la formación de las personas.

Debieran comedir a los organismos y autoridades competentes para frenar este suicidio educativo, para volver a los tiempos de esplendor donde el conocimiento y el saber hacían crecer, y las normas de conducta y las pautas de comportamiento jalonaban la dignidad del ser humano, para su propio bien y para el beneficio del conjunto de la sociedad. La anestesia conformista es insana y destructiva. Es hora de despertar.