Desde Rusia hasta Zaragoza: la líder de Pussy Riot huye de Putin disfrazada de repartidora

El grupo actuará el 2 de junio en la sala Oasis
photo_camera El grupo actuará el 2 de junio en la sala Oasis
Enfundada en un chubasquero verde y con la ya clásica caja de repartidor a la espalda. Así escapó de Rusia la líder de Pussy Riot, Maria Alyokhina, que en los últimos años se ha destapado como una de las voces contrarias al régimen cada vez más autoritario de Vladimir Putin. Sin móvil, en su tercer intento e imitando a las mejores películas de acción, Masha -nombre artístico de Alyokhina- ha conseguido salir del país en el que se encontraba presa, tal y como ha relatado a “The New York Times”. Una huida de película protagonizada por la cantante del revolucionario grupo que se podrá ver el próximo 2 de junio en la sala Oasis de Zaragoza en un concierto que, seguro, será tan incendiario como ellas. Pussy Riot saltaron a la fama internacional hace diez años tras su espectáculo en la catedral de Moscú. Un concierto que se convirtió en un alegato contra Putin y la pérdida de democracia en su Rusia natal. Lo pagó: la represión del gobierno ruso le mantuvo en prisión durante casi dos años, tiempo en el que Alyokhina se mantuvo fiel a sus ideales. Tras su salida de la cárcel, la cantante siguió apoyando a los rusos que buscaban algo más de libertad, siendo cara visible de numerosas manifestaciones y campañas en las redes sociales. Aunque Masha siempre había comentado que se mantendría en Rusia pese a tener todo en contra, el anuncio de la invasión de Ucrania cambió su percepción. Junto a Lucy Shtein, su pareja y también miembro de Pussy Riot, planearon su salida del país tras recibir numerosas amenazas en su propio domicilio. Shtein sí consiguió escapar a la primera, pero Alyokhina no pudo cruzar la frontera de Bielorrusia con Lituania. Una huida de película Los problemas para salir de Rusia no se limitaban a ser una cara conocida en el país. Masha llevaba un tiempo bajo arresto domiciliario y sin pasaporte ruso. La privación de su libertad y de su permiso de movilidad fue consecuencia de su activismo en redes sociales, al publicar mensajes que pedían la liberación de algunos presos políticos. Hasta en dos ocasiones los guardias fronterizos bielorrusos le negaron el paso y le devolvieron a Rusia. La complejidad de la historia crece con la aparición de un amigo que solicitó ayuda a un país de la Unión Europea, el cual se desconoce para no generar un nuevo conflicto diplomático. La solicitud se volvió realidad al conseguir un documento que otorgaba a Alyokhina el estatus de una ciudadana más de la Unión Europea. Con el papel en sus manos, la líder de Pussy Riot por fin pudo salir de Rusia y reunirse en Lituania con el resto de sus compañeras. Pese a todo lo vivido, Alyokhina no cesa en su empeño de atacar a Putin. “Desde fuera parece un gran demonio, pero dentro se ve lo desorganizado que está todo”, asegura la cantante, que sigue defendiendo que es posible acabar con el régimen establecido por el líder ruso. El arranque de su gira internacional Más allá de las ansias de libertad y la búsqueda de hacer una oposición más fuerte al régimen de Putin, la salida de Pussy Riot de Rusia tiene una explicación cultural de peso. Este mismo 12 de mayo, la banda punk arranca una nueva gira internacional, que comienza con una ruta por las principales capitales europeas. Berlín es la primera parada de este viaje renovado. Zaragoza será también una de las ciudades elegidas por Pussy Riot para presentar “Riot Days Performance”, una ópera punk que se inspira en el libro homónimo de la propia Alyokhina. Música, teatro y audiovisual se unen en un espectáculo que combina la historia como activistas de las artistas con piezas más novedosas, como estreno de nuevos temas o un marcado discurso contra la invasión de Ucrania. La capital aragonesa acogerá en la sala Oasis el concierto de Pussy Riot el próximo 2 de junio. El estreno en territorio español de la gira será el día anterior en Barcelona y la despedida, el día 4, en Madrid.