Un Bajo Aragón "impaciente" y lleno de ganas recupera la tradicional Rompida de la Hora

Siete municipios lo harán en la noche del Jueves Santo, Calanda en el mediodía del Viernes Santo y Alcañiz lo celebra a su manera. Foto de archivo
photo_camera Siete municipios lo harán en la noche del Jueves Santo, Calanda en el mediodía del Viernes Santo y Alcañiz lo celebra a su manera. Foto de archivo
La Semana Santa en Aragón esconde peculiaridades en todos sus rincones, y una de ellas es sin duda el Bajo Aragón. Así, en su conjunto. Porque el sureste de la Comunidad lleva en sus venas el ruido del tambor y el bombo y celebra cada año una Rompida de la Hora que es Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco. Es emotiva, ruidosa, especial, característica y sobre todo pasional, porque más de dos años después vuelve a una comarca turolense que espera “impaciente” engalanarse con sus túnicas y sacar a relucir el repiqueteo de los tambores a partir de la medianoche del Jueves Santo. Siete municipios lo harán en la noche del Jueves Santo, Calanda en el mediodía del Viernes Santo y Alcañiz lo celebra a su manera, sin tambores. El misterio, la pasión y muerte de Jesucristo tiene mil formas de vivirse y ser venerada, “muy similar” pero con “pequeñas características” en cada uno de los municipios que integran la Ruta del Tambor y el Bombo, expresa su presidente desde 2019, Fernando Galve. La pandemia hizo enmudecer a Aragón. Más de dos años en silencio hacen que la Rompida de la Hora o popular tamborrada del Bajo Aragón cobre este curso todavía más importancia si cabe. La ilusión puede verse en los vecinos de localidades como Andorra o Híjar, que celebrarán este día con el ímpetu propio de una fecha que lleva en el cajón más de 1.000 días. “Es un momento muy especial para todos los vecinos y, después de dos años sin poder celebrarla, estamos con ilusión y con ganas ya de que llegue ese momento. Es algo que no se puede explicar, si lo vives y te gusta, si eres de aquí, son fechas para reencontrarse. Gente que tendría que estar presente no estará, eso añade aún más emoción”, afirma un emocionado Antonio Amador, alcalde de Andorra. Como primer edil, Amador será la primera vez que pregone la Rompida de la Hora, uno más de los actos que organiza la Junta Local de la Semana Santa andorrana. En esta localidad, todos aquellos que poseen una túnica y salen a tocar su instrumento pertenecen a la Cofradía del Cristo de los Tambores, explica el propio Amador. Además, el municipio turolense ha recuperado este año los tambores y bombos para celebrar el Miércoles de Ceniza y este Miércoles Santo, como novedad, se trasladarán los pasos desde el Museo de la Semana Santa a la iglesia, si el tiempo lo permite. Galve define la Semana Santa de este año como la del “reencuentro”, porque se ha querido volver a tener una celebración como “las de siempre” donde los vecinos abarroten las calles y plazas de sus localidades, y toquen los tambores en compañía de familiares y amigos. “El día lo esperamos con muchas ganas, con mucha ilusión, van a ser días muy emocionantes sobre todo el Jueves Santo por la noche, por estos dos años de pandemia en los que no hemos podido juntarnos en la plaza de España a tocar el tambor y el bombo, que es lo que más nos gusta”, señala el alcalde de Híjar, Luis Carlos Marquesán. En Híjar, las cuadrillas tocarán al unísono la marcha de las imágenes a las 0.00 horas del Jueves Santo, recorriendo las calles del municipio. Los vecinos no pueden esperar más. “La sensación es que están impacientes porque llegue el momento, por volver a juntarnos, volver a sentir lo que es la Semana Santa en Híjar que la pandemia nos ha privado”, subraya Marquesán de una celebración especial y universal. “Las cuadrillas no son cerradas, cualquiera puede traer a un conocido, lo único imprescindible es tener una túnica, un tambor o un bombo y que tenga ganas de tocar. Es una Semana Santa más abierta, abierta a todo el mundo”, destaca. Un arraigo especial Como bien dice Antonio Amador, quien visita cualquier localidad de la Ruta del Tambor y el Bombo se queda fascinado con la forma en que se celebra la Semana Santa. “Hay gente que ha venido alguna vez a ver la Semana Santa del Bajo Aragón, ha aparecido en Andorra y se han hecho asiduos”, dice. Y es que, además, son fechas que llenan la hostelería de la comarca. “En Andorra la Semana Santa es la de mayor ocupación”. Es algo que se está apreciando de forma generalizada en el Bajo Aragón, y es que el arraigo de esta tradición con la tierra es tan grande que son fechas muy señaladas en el calendario. “Hemos tenido un previo el fin de semana de Domingo de Ramos donde ha habido muchísima gente en el pueblo, lo que nos hace indicar que estos días vamos a tener el pueblo lleno”, confiaba Luis Carlos Marquesán. “Se palpa que los pueblos están llenos. La gente tiene ganas de Semana Santa y estoy completamente seguro de que lo podremos comprobar estos días. Si quieren vivir una Semana Santa única lo mejor es acercarse a los pueblos de la ruta y podrá vivir algo que no ha vivido nunca”, pide por su parte Fernando Galve, presidente de la Ruta del Tambor y el Bombo. Todos los ojos miran ahora al cielo, rezando porque la climatología permita de nuevo romper la hora tras dos años de parón. Aunque “las ganas de romper la hora son superiores a las inclemencias meteorológicas”, tal y como asegura el primer edil andorrano, se deslucirían algunas procesiones como la de las antorchas de la propia localidad o los instrumentos tendrían que taparse y no sería lo mismo, perdería la verdadera esencia. Sea como fuere, los vecinos de Albalate del Arzobispo, Alcorisa, Andorra, Híjar, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaén esperan con emoción una Rompida de la Hora más especial que nunca.