Bizi. Crónica de una muerte preanunciada

El Ayuntamiento de Zaragoza no cree en el servicio de alquiler de bicicletas Bizi Zaragoza, y pretende no renovar la concesión que finaliza el año 2023. Este sistema de alquiler se inauguró en el año 2008, al calor de la Expo y la implantación de carriles bici. Su éxito fue apabullante, incluso con lista de espera para conseguir un abono. Hoy languidece. Dos puntos de inflexión marcan su descenso de usuarios. En el año 2014 se prohibió circular a las bicis por las aceras y en el 2018 la aparición de más empresas de alquiler digital de bicis. Estas nuevas empresas no tienen las mismas reglas de juego, ya que sus bicis pueden aparcarse, en muchos casos abandonarse, sin estar ancladas a un poste como las de Bizi, o atadas a un aparcabicis, generando molestias a los peatones. Además solo es necesario un móvil para leer el código QR para alquilarlas y dejarlas. No es extraño pues que los usuarios prefieran un sistema a otro. Si el Ayuntamiento obligara a aparcar correctamente a las bicis y las retirara la grúa, si no están donde deberían, como sucede con los automóviles, las reglas serían más justas para ambos tipos de servicio. Pero creo que la inacción municipal tiene un fin: conseguir que Bizi muera finalmente. Y es un buen medio de transporte público y de movilidad sostenible para muchos ciudadanos de Zaragoza. Manuel Vargas Ramírez