Una amiga se ha quedado recientemente embarazada, pero tiene pánico a engordar. Creemos que debe pedir ayuda por el bien del bebé.

El peso es uno de los factores que más preocupan y se controlan durante el embarazo. Sin embargo, cuando no querer engordar se convierte en una obsesión, puede ocasionar severos problemas.
​Sería recomendable que aconsejéis a vuestra amiga que dada su preocupación por la comida acuda al médico para que le exponga cómo se siente al respecto y cómo está actuando en consecuencia. Debe saber que una reducción drástica de alimentos puede causar graves secuelas en el bebé y en ella misma.
Lo más prudente en cuanto a la prevención de que desarrolle un trastorno alimenticio, consiste en que la embarazada sepa cómo mantener una alimentación saludable, pero a su vez completa y variada, y la lleve a cabo pudiendo disfrutar de la comida.
Mi consejo: es recomendable que informéis a su pareja y familiares, sobre todo, si ha padecido trastornos de la conducta alimentaria, como anorexia y bulimia anteriormente para que lo pongan en conocimiento de su ginecólogo con el fin de ayudarle

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