Tres construcciones de Zaragoza entran en la Lista Roja del Patrimonio

El baritel de la mina La Bilbilitana, en Alpartir, y la ermita vieja de la Virgen de las Angustias, en Embid de Ariza se encuentran en un estado de pésima conservación
photo_camera El baritel de la mina La Bilbilitana, en Alpartir, y la ermita vieja de la Virgen de las Angustias, en Embid de Ariza se encuentran en un estado de pésima conservación
El baritel de la mina La Bilbilitana, en Alpartir, la ermita vieja de la Virgen de las Angustias, en Embid de Ariza y la Ermita de San Gregorio de Longares, las tres en la provincia de Zaragoza, han entrado en la Lista Roja del Patrimonio, que elabora la asociación Hispania Nostra, debido a su pésimo estado de deterioro. Esta lista recoge más de mil monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores. El baritel de la mina La Bilbilitana, en Alpartir, es un edificio con forma de tambor de 12 metros de diámetro y de dos alturas. Estuvo cubierto por un tejado troncocónico. Actualmente está en ruinas y no conserva ni el tejado, ni las vigas ni la maquinaria. Es una construcción realizada en mampostería muy desigual recubierta de encalado blanco. Se conserva la planta de concentración y el “falso” túnel que se tuvo que realizar en la escombrera del barranco de La Tejeda para prevenir inundaciones. La importancia de este edificio reside más en el recuerdo de la actividad minera que en su calidad artística. Las minas de Alpartir fueron explotadas en época romana, a mediados del siglo XIX y a principios del siglo XX. Los periodos de explotación durante la etapa moderna fueron muy breves por la escasez de mineral, por problemas técnicos y la mala gestión empresarial que se centraba más en la especulación de la venta de la concesión que en su rentabilidad. La ermita vieja de la Virgen de las Angustias se encuentra en estado de ruina, no quedan restos de la cubierta, que sería a dos aguas, pero sí las cuatro paredes perimetrales de mampostería, tapial y ladrillo macizo. Se conserva parte del enlucido original en el que se observan cerámicas decorativas entre las formas geométricas. Existe una ventana y otro hueco de dudosa utilidad. Aunque su estado es ruinoso, es importante asegurar su mantenimiento por sus diferentes valores, y, además, se hallan más de una docena de enterramientos que datan alrededor de 1835.El origen de la primera ermita que ocupó este lugar se remonta a 1653, cuando una vecina de Embid de Ariza, Margarita Sierra, fallece y deja su legado para la construcción de un humilladero, un tipo de construcción muy común en Aragón y Castilla y León habitualmente asociada a El Santo Cristo, la Virgen de las Angustias o la Soledad, propias de la Semana Santa. Diferentes procesiones se hacían en el siglo XVIII en el Vía Crucis que terminaba en la ermita, la cual tenía la imagen de Nuestra Señora de las Angustias. Sin embargo, su estado de conservación era de ruina y se ordenó destruirla, dejando un peirón en su lugar en memoria de la ermita que había ocupado ese lugar. Así, quedan hoy dos ermitas, la nueva y la vieja, siendo la segunda, del siglo XVIII, la que se encuentra en estado ruinoso. La Ermita de San Gregorio en Longares está prácticamente en ruina total y abandonada. Apenas queda parte de la estructura, y la vegetación y los escombros abundan a su alrededor. Se trata de una ermita situada en el campo, en la linde de un camino agrícola, a las afueras de la localidad de Longares. Su deterioro se ha acentuado en las últimas décadas. Hace treinta años todavía podían verse grupos escultóricos en el interior y en las capillas adyacentes, así como también la del titular, San Gregorio, hoy desaparecida. Anualmente se celebraba una romería popular hasta que, a raíz de un agujero en el techo, comenzó a desplomarse.