En 1928 se inauguró la Estación Internacional de Canfranc, una infraestructura que nació con la voluntad de conectar España y Francia y que acabó siendo mucho más que eso. Ahora, casi un siglo después, la majestuosidad y belleza de la estación emprende un nuevo viaje convirtiéndose en escenario de un hotel de lujo: Estación Canfrac. A Royal Hideaway. Un proyecto del que este miércoles se han presentado las primeras pinceladas en Fitur.
El lujo de los "felices años veinte", la estética art decó, los materiales nobles y los tejidos que homenajean a la cultura aragonesa son los protagonistas en este hotel que contará con 104 habitaciones, de las que cuatro serán suites de lujo, distribuidas en la primera y segunda planta.
La planta baja estará destinada a la zona wellness con una piscina climatizada, además de la biblioteca y el restaurante principal del hotel, para el cual se rehabilitarán dos vagones siguiendo el estilo clásico del siglo XX. Además, el histórico vestíbulo de la estación será un lugar de paso y albergará la recepción del hotel.
El diseño interior se ha inspirado en la estética de las antiguas estaciones y de los lujosos trenes de largo recorrido de principios del siglo XX, con sus particulares vagones y elementos representativos, pero adaptándola a su característico estilo y aportando un toque contemporáneo. Así, se ha querido proyectar espacios cálidos y elegantes que se fusionan con sutiles elementos art déco para crear ambientes contemporáneos y nostálgicos, donde resaltan materiales nobles como la madera y el latón, tejidos ricos como el terciopelo y una gama cromática inspirada en los años 20 en tonos beiges, verdes y petróleos.
Estación Canfrac. A Royal Hideaway es un proyecto ambicioso para el que se ha tenido que consolidar la cubierta del edificio histórico. Esto, unido a la adecuación interior, tiene un presupuesto de trece millones de euros. Los trabajos en la cubierta están ejecutados en un 85%. En paralelo, se llevan a cabo las obras de acondicionamiento del interior, se han finalizado los trabajos de solera de la planta baja y se actúa en el aislamiento y tabiquería de la primera y segunda planta del ala sur.
Junto a la Estación Internacional de Canfranc se ubica la Nueva Estación de Viajeros de Canfranc, un edificio moderno que ha supuesto una inversión de 4,4 millones de euros. En su diseño se ha respetado la visión de la sucesión de pórticos metálicos de manera que este entramado sigue siendo protagonista ya que se han respetado las cerchas originales y se ha creado una cubierta nueva. Junto a la nueva estación, se sitúa la playa de vías que ha supuesto una inversión de 5,8 millones de euros y que está técnicamente preparada para el momento en el que se reabra el tráfico ferroviario con Francia.
Además de poner en valor esta estación, que fue declarada como Bien de Interés Cultural en 2002, la construcción del hotel de lujo creará 150 puestos de trabajo e impulsará Canfranc como reclamo cultural.
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