Declara que abusaron sexualmente de ella en el Pilar del 2019 y el acusado dice que "no sabe nada"

El acusado ha declarado esta mañana en la Audiencia Provincial de Zaragoza // Foto: Laura Trives
photo_camera El acusado ha declarado esta mañana en la Audiencia Provincial de Zaragoza // Foto: Laura Trives
Una chica, entonces menor de 15 años, denunció durante las Fiestas del Pilar de 2019 que un joven abusó sexualmente de ella en el parking del Espacio Zity en el barrio de Valdespartera. El acusado ha defendido su inocencia y ha señalado que solo la insultó tras recibir él insultos racistas. Luego, según ha declarado, no la volvió a ver más hasta que la Policía irrumpió en su clase para pedirle sus huellas dactilares. La chica no tiene dudas de que fue él. Este incidente provocó tensiones en el Ayuntamiento de Zaragoza al no activarse el protocolo morado de actuación ante una agresión sexual ya que este, según explicaron desde el Consistorio, fue un abuso sexual y no estaba incluido dentro del protocolo. Los grupos municipales de la oposición criticaron la decisión. La denunciante ha explicado ante el juez que ella estaba fuera del Espacio Zity y se acercó a un conocido a recriminarle que “iba diciendo por ahí que se habían liado” y que este chico y el grupo de diez jóvenes con el que iba comenzaron a insultarla y a meterse con su físico. Uno de ellos, según ha explicado, el acusado, quiso salir de allí a toda costa y se fijó que le seguían dos jóvenes de raza negra, uno alto -el que asegura que es el acusado- y otro bajo. Ha manifestado que siguieron insultándola hasta que uno de ellos le puso la zancadilla y le pegó una patada. Después la amarraron por los brazos y uno de ellos, el sentado en el banquillo, comenzó a manosearla mientras la tenía retenida. “Me empezó a tocar las tetas y por encima de los leggins me intentó meter los dedos”. Como respuesta, según ha declarado, pegó una patada y trató de salir de ahí a pedir ayuda. "A esa niña ni la respiro, no sé nada de ella" El acusado ha afirmado que no conocía de nada a la chica y que solo tuvo contacto con ella cuando uno de sus amigos le pidió un cigarro, no se lo quiso dar y, al final, un acompañante de la chica le regaló el paquete al amigo del acusado. El presunto autor entonces la llamó “tacaña” y recibió, según ha expresado, insultos racistas de la joven. Después, según ha confirmado, no volvió a verla hasta que se enteró que había sido acusado del abuso sexual cuando entraron varios agentes de la Policía en su clase a buscarlo. “A esa niña ni la respiro, no sé nada de ella”, ha añadido. Finalmente, ha explicado ante el tribunal que la joven “al ir bastante borracha se lo habrá hecho otra persona. Le habrán enseñado fotos de gente negra y habrá dicho mi foto tras tener la charla poco agradable”. Los amigos del acusado han confirmado su versión y han explicado que “no se separó del grupo en ningún momento”. La defensa del acusado pide su absolución ya que cree que lo ocurrido no ha tenido nada que ver con su cliente. La Fiscalía, sin embargo, pide para él doce años de prisión.