El Real Zaragoza comienza el año con derrota ante un Mirandés plagado de bajas (2-0)

Borja Sainz, en el último partido ante el Mirandés. Foto: Real Zaragoza
photo_camera Borja Sainz, en el último partido ante el Mirandés. Foto: Real Zaragoza
Primer partido del año para el Real Zaragoza y primera derrota de 2022 para los blanquillos. El cuadro de Juan Ignacio Martínez, secundado por alrededor de mil zaragocistas en Anduva, cayó con claridad (2-0) ante un Mirandés plagado de bajas. El duelo estuvo marcado en todo momento por una expulsión carente de sentido de Valentín Vada, que dio una patada sin ton ni son a un rival cuando no se disputaba la pelota. Urge reaccionar tras sufrir la tercera derrota consecutiva de la temporada. Partía el cuadro de JIM con una pequeña revolución en el 11, en parte obligada por las ausencias. Cristian Álvarez custodiaba la portería con tres centrales para ayudar a la tarea: Francés, Lluís López y Jair. En los carriles se ubicaban Fran Gámez y Nieto. En el doble pivote, Eguaras y Francho se encargaría de crear juego y asistir a los tres de arriba: Narváez, Álvaro y Vada. Por parte del Mirandés no se apreciaban en exceso las bajas en el once titular, y Lolo Escobar únicamente tenía que echar mano del canterano Sanchís en el centro de la defensa. Comenzaba con intensidad el choque, con dos pases filtrados que casi alcanzaba Álvaro para quedarse solo ante Lizoain. El primer disparo, de Narváez, llegaba a los cuatro minutos, pero se marchaba fuera de Anduva. A continuación, llegarían tres peligrosísimos centros al área local que por poco no la enganchan las cabezas zaragocistas para hacer el 0-1. Apenas había llegado el minuto 9 cuando entre Narváez y Francho no lograban acertar para meter el primero. Las estadísticas señalaban cinco disparos hasta el momento. Paradojas del fútbol, la primera que tuvo el Mirandés fue para dentro. Riquelme lograba poner el centro al área zaragocista y Marqués -con fallo de Clemente en la marca- remataba para hacer el 1-0. No sucumbía el conjunto maño, que reaccionaba con un centro peligrosísimo de Vada desde la esquina que casi se cuela en la meta local. Y después, una maravillosa jugada ensayada casi pone el empate. A todo esto, Francho se convertía en el saco de boxeo de los de Miranda de Ebro, que le entraban continuamente con extrema dureza. La estupidez del día la protagonizaría Valentín Vada, estupidez que bien podía valer un partido. El argentino lanzaba una patada sin sentido a un rival que le agarraba y, esta vez sin pensarlo, Milla Alvéndiz le enseñaba la roja. Algo más se lo pensó el colegiado con las entradas a Francho, que alguna se quedó sin siquiera amonestación. El duelo, roto, entraba en su fase final de la primera parte justo donde quería el Mirandés, y así se llegaba al túnel de vestuarios. Segunda mitad para olvidar El conjunto maño parecía que había bajado los brazos, porque no conseguía hilar jugadas de ningún tipo. Sí que lo hacía el Mirandés, que se plantaba continuamente en el área de Cristian. De hecho, en una de estas, los locales pegaban al larguero de un Real Zaragoza pasivo y lo volvían a hacer antes del 70. Entre tanto, el conjunto de JIM podía empatar con una volea de Narváez. Se veía venir el 2-0 del Mirandés y no iba a tardar en llegar. Corría el minuto 79 cuando Lluís López no acertaba a rechazar un balón aéreo que se iba a la esquina para que llegase el centro. El propio central tampoco lo repelía y Marqués ponía la sentencia. No había ya nada que hacer, y menos con un equipo que no se lo creía. Se llegaba al final del encuentro de la peor forma para el Real Zaragoza. Los maños no podían hacer frente en 90 minutos a un Mirandés que tenía 10 jugadores de baja por positivo en los test de La Liga. Se trata de la tercera derrota consecutiva para los de JIM, que necesitan urgentemente volver a la senda del triunfo y no sufrir de aquí al final de la temporada.