Con la situación sanitaria en el horizonte y con la limitación de aforos en el salón de plenos del Ayuntamiento de Zaragoza, la última sesión plenaria del año ha comenzado este miércoles con cierta tensión entre los diferentes grupos municipales. La oposición ha criticado al alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, por no permitir la entrada al público en el Pleno por la pandemia. Y es que, tal y como le han reprochado los grupos de la izquierda, consideran que "está aprovechando las medidas sanitarias para evitar la participación de las personas" y que se debería haber permitido la presencia de algún ciudadano, reduciendo el aforo y guardando la distancia.
La portavoz socialista, Lola Ranera, ha asegurado que Azcón está "eclipsando la voz de los vecinos" y que "el auténtico peligro del virus está en ejemplos como el pasado Congreso del PP celebrado el domingo en Zaragoza al que asistieron 900 personas". Esta idea se ha visto reforzada igualmente por los portavoces de Podemos y Zec, Fernando Rivarés y Pedro Santisteve, quienes también han puesto el foco en la situación de los zaragozanos en el día a día, criticando la situación que vive el tranvía en estos momentos. "Lo que no es normal es que se pida metro y medio de distancia interpersonal y los ciudadanos vayan en el tranvía con separación de medio centímetro, boca con boca", ha insistido Rivarés.
Por su parte, Azcón ha respondido que está siguiendo las directrices del Servicio de Prevención y Salud del Ayuntamiento de Zaragoza y ha acusado a los socialistas de incumplir el informe técnico, que limitaba a dos el número de concejales por grupo municipal, mientras que del PSOE ha acudido con cinco. De igual forma, la vicealcadesa y portavoz de Ciudadanos, Sara Fernández, ha reprochado a los socialistas que la normativa sanitaria "la rige su partido a nivel nacional" y que desde el Ayuntamiento de Zaragoza "nunca se ha incumplido ninguna de las medidas sanitarias establecidas".
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