Dejadez total en el filial del Huesca: “Entrenamos en un campo de cabras”

Los oscenses cayeron por 1-3 ante el Lleida, rival directo. Foto: S.D.H.
photo_camera Los oscenses cayeron por 1-3 ante el Lleida, rival directo. Foto: S.D.H.
La derrota de la Sociedad Deportiva Huesca B en casa ante un rival directo, el Lleida Esportiú, dejó unas durísimas declaraciones del entrenador del equipo, Dani Aso. Según señaló en una entrevista para Radio Huesca SER, las condiciones “son precarias”, y entrenar así “es un sufrimiento”. De hecho, ha calificado el campo donde entrenaron hace dos días como “un campo de cabras, un patatal que no es digno”. Sus declaraciones tras la mencionada derrota fueron muy duras, señalando hacia la cúpula del club por el sistema impuesto con el segundo equipo. Cree que “así no puede estar”, ya que se encuentran “cada vez más minados y con menos futbolistas”. Considera que no tiene “ningún sentido” perder jugadores “cuando en el primer equipo no juegan”. El ejemplo lo puso con Manu Rico, que pidió que jugase 45 minutos y respondieron que llamase a los juveniles. “Es triste”, añadía. El míster también expresó su malestar por la situación de Carlos Kevin, que entrena “con un entrenador aparte”, como si en el filial fuesen “terroristas”. Luego, en el primer equipo no cuenta con minutos de calidad. Aso, además, aseguró que estas declaraciones ya las tenía pensadas, y que le hubiese gustado ganar “para decirlo todo desde la victoria”. Para quien sí tuvo buenas palabras fue para su equipo, al que definió como “maravilloso”. Siguen “a rajatabla” su idea de fútbol, y este ha sido el primer partido que han perdido en casa. Sin embargo, requiere “mucho esfuerzo” ascender de categoría y no entiende para que ha servido. “¿Para entrenar con ocho juveniles a los que le tengo máximo respeto? Ayer entrenamos en un campo de cabras, en un patatal que no es digno de esta categoría”, reiteraba el entrenador. En definitiva, la sensación que tiene es que el filial del Huesca “no le importa a nadie”, y es algo que le da “tristeza”. “Nadie en todo el año te pregunta si los jugadores han evolucionado, nadie nos ve en el día a día, nadie se preocupa si entrenamos una, dos o tres horas, si tenemos campo o no de entrenamiento…”, ha recalcado. En definitiva, “competir en esta categoría con estas armas es prácticamente imposible”.