El nuevo precio de la bombona de butano que entra hoy en vigor es de 16,92 euros, impuestos incluidos, lo que supone un incremento de 0,8 euros por bombona frente al precio de 16,12 euros fijado el pasado mes de julio, es decir, un 4,96% más.
Según informaron a Servimedia fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, esta subida es la séptima consecutiva que se registra desde noviembre del año pasado.
En los cuatro meses anteriores a esta fecha, se registraron dos revisiones a la baja en julio y septiembre, que se produjeron después de que se suspendieran las de marzo y mayo al resultar en subidas del precio, en virtud de la decisión del Gobierno de no aplicar dichos incrementos para mitigar el impacto económico del coronavirus en las familias.
Este nuevo precio, que se acerca aún más a los máximos de 2015, estará vigente durante dos meses, hasta el tercer martes de enero, cuando se revisará de nuevo según las cotizaciones internacionales.
Esta revisión bimensual del precio se calcula en función del coste de la materia prima (propano y butano) en los mercados internacionales, así como del coste de los fletes (transporte) y la evolución del tipo de cambio euro-dólar. Por otra parte, dicha revisión del precio, al alza o a la baja, está limitada al 5%, acumulándose el exceso o defecto de precio para su aplicación en posteriores revisiones. En esta ocasión, sin este límite, hubiera subido un 13,45%.
El incremento del precio máximo es consecuencia del fuerte ascenso de las cotizaciones de la materia prima (+20,59%) a lo que hay que añadir la depreciación del euro frente al dólar (-0,94%) y compensado en parte por la bajada de los fletes (-2,07%).
Con la actual fórmula de fijación del precio la bombona se sitúa a solo 58 céntimos de los niveles de marzo de 2015, cuando se alcanzó el máximo de 17,5 euros. El mínimo se produjo en julio de 2016, cuando bajó hasta los 11,27 euros.
El precio regulado afecta a las bombonas de butano que más comúnmente utilizan los hogares, envases con carga igual o superior a ocho kilos e inferior a 20, cuya tara sea superior a nueve kilos. Se trata de una mezcla de hidrocarburos, principalmente compuesta de butano, que sirve como alternativa al gas natural para su consumo energético en envases a presión, especialmente en poblaciones o núcleos urbanos sin conexión a la red de gas natural.
Actualmente se consumen 68 millones de envases de GLP de distintas capacidades, de los cuales 53 millones se encuentran sujetos al precio máximo regulado (el 78%). Se trata de un combustible en retroceso ya que desde 2009 el consumo total de estas bombonas ha descendido más de un 20%.
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