Opinión

Insaculación

El día 1 de noviembre, día muy señalado por celebrar la festividad de Todos los Santos y el recuerdo a nuestros familiares fallecidos, también lo es en Huesca por otro motivo: la conmemoración de la ¨Insaculación¨. (Insaculación, o sacar de un saco).

Se denomina insaculación al procedimiento de elegir alcaldes, regidores u otros oficiales de justicia y de gobierno poniendo en un saco o bolsa ciertas bolas, donde figuran los nombres de las personas capacitadas y, una vez mezcladas, se sacaba al azar las necesarias para que las personas que figuraban en ellas optasen a los cargos que se trataba de proveer. También conocido como ¨método de las bolsas¨.

En la ciudad de Huesca, se celebró este tradicional método medieval durante 262 años. Desde el año 1445 que, por iniciativa de la reina María, lugarteniente del reino mientras su marido el rey Alfonso V El Magnánimo conquistaba Nápoles, acometió en primera persona este cambio político, hasta el año 1707, año en el que Felipe V derogó los fueros.

Cada 1 de noviembre se elegía de entre todos los ciudadanos a los justicias y jurados que asumían la responsabilidad de gobernar la ciudad durante un año. La ceremonia comenzaba con la lectura por parte del notario de la ciudad del informe realizado junto a los contadores. Era una auténtica auditoría de la labor de los gobernantes. A continuación, aparecía el Arca de los oficios, que se abría con cuatro llaves custodiadas por otras cuatro personas.

De ella se iban extrayendo las diferentes bolsas y una mano inocente (un niño menor de 10 años, según el ceremonial) se encargaba de extraer las bolas hasta completar los 18 cargos previstos. Si el nombre no estaba sujeto a inhabilitaciones y aceptaba, se le encomendaba durante el siguiente año a cumplir con su deber. Para las personas y familias era un auténtico privilegio y honor el poder ejercer alguno de los cargos y se afanaban en desarrollarlo con la mayor diligencia.

Desde el año 2018, se realiza una representación conmemorativa en el que participan sobre 50 personas. Se trata de un episodio de la historia civil de Huesca casi desconocido, y se pretende hacerlo popular. El proyecto nació con la voluntad de perdurar en el tiempo y en la ambición de crecer y juntar historia y pedagogía con teatro, cultura y fiesta.

Personalmente, tuve ¨la suerte¨ de ser elegido para el cargo de ¨Cequiero¨ en el Concejo de la ciudad de Huesca, en la insaculación del año 2018. ¨Mi misión fue responsabilizarme del agua, control de fuentes y acequias, gestión de los usos, resolución de conflictos y lo importante, proceder a los cobros de las correspondientes tasas y tributos¨.

Destaco el juramento que se tomaba a todos los electos: ¨Vive el gobierno decente en ciudades, corte y escuelas, sin sillas, sin estribos, sin espuelas¨. Sin sillas (como señal de que el cargo era pasajero y para no apoltronarse), sin estribos (como señal de tomar las decisiones mejores para la ciudad, sin depender de injerencias ni manipulaciones) y sin espuelas (haciendo las cosas sin dañar a nadie).

Otro aspecto destacable es el ¨traspaso de funciones¨. Se hacía con total transparencia. Una vez finalizada la ceremonia en la plaza del Ayuntamiento y de la Catedral, todos los intervinientes, y en particular el cargo saliente y el entrante por parejas, se desplazaban hasta otra plaza aledaña (plaza del Mercado, hoy Plaza de López Allué) e iban transmitiendo las particularidades del cargo. Acompañados por diversos gaiteros y músicos... y por todo el pueblo.

¿Sería deseable, viable y aplicable elegir a nuestros gobernantes hoy día, mediante el método de la insaculación? Desconozco si era un método perfecto, pero el que está dispuesto actualmente… ¿lo es?