Aragón cuenta los días para pasar a una etapa de “seminormalidad”

La sociedad aragonesa ya cuenta los días para poder volver a una normalidad bastante similar a la vivida antes de la pandemia
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A la espera de las posibles consecuencias derivadas de la Semana Cultural vivida en Zaragoza durante los últimos días, Aragón pasará próximamente, tal y como anunció el 4 de octubre la consejera de Sanidad, Sira Repollés, a una fase de seminormalidad. Todo apunta a que, teniendo en cuenta la notable disminución de los contagios, la baja tasa de incidencia acumulada, y que la población mayor de doce años con pauta completa casi roza el 90%, se producirá una relajación de las medidas e incluso la eliminación de ciertas restricciones. La sociedad aragonesa ya cuenta los días para poder volver a una normalidad bastante similar a la vivida antes de la pandemia.

El asunto que parece quedar pendiente en estos momentos concierne al ocio nocturno. La imposición del pasaporte Covid para este ámbito, que el Ejecutivo autonómico pensaba establecer durante esta semana, queda paralizado momentáneamente por la negativa del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA). Esta resolución recae ahora en manos del Tribunal Constitucional (TC), el máximo órgano decisorio respecto a este tipo de cuestiones.

Entre las modificaciones más destacadas, los locales de ocio nocturno podrán abrir hasta la hora que marcan sus licencias correspondientes. En los fines de semana, los pubs, por regla general, no cerrarían hasta las 4.30 horas y las discotecas hasta las 6.30 horas. En lo referente a la hostelería, a pesar de continuar con la obligación del uso de mascarilla en interiores, se permitirá el consumo en barra y se eliminará el número máximo de personas por mesa. En las terrazas, seguiría vigente la prohibición de fumar, teniendo que alejarse del espacio ocupado por sillas y mesas.

Otras restricciones 

Asimismo, las restricciones relacionadas con los aforos se suprimirían totalmente. En este sentido, tanto comercios como cines, teatros, lugares de culto, gimnasios o centros comerciales, entre otros, podrán pasar al 100% de ocupación. Y en cuanto a las reuniones sociales, actualmente con un límite de 30 personas, se podrá ampliar ese cupo o incluso eliminarlo al completo, no existiendo pues un máximo de individuos. De ser así, una situación prácticamente idéntica se daría en eventos multitudinarios y celebraciones, tales como bodas, bautizos y comuniones.

Podrían también autorizarse los conciertos con público de pie, sin necesidad de que los asistentes tengan que permanecer sentados. Se permitiría además la utilización de locales recreativos y peñas. Y, en última instancia, se podrán usar todos los asientos de los vehículos, aunque si se trata de viajeros no convivientes, la mascarilla continuará siendo obligatoria.