Peñíscola, Salou y Benicarló reciben al turismo aragonés con los brazos abiertos

Playa Norte de Peñíscola
photo_camera Playa Norte de Peñíscola

El fin del estado de alarma decretado por el Gobierno de España posibilita el movimiento entre las diferentes comunidades autónomas, anuncio que ha sido acogido con los brazos abiertos por municipios costeros que dependen en gran parte del turismo nacional. Para los destinos más demandados por los aragoneses, como Salou, Peñíscola o Benicarló, esta noticia supuso una inyección de moral de cara a la temporada veraniega. A diferencia de Semana Santa, cuando tan solo se pudo realizar turismo regional, la situación ha dado un giro radical y las playas podrán contar de nuevo con presencia de Aragón.

De hecho, en Peñíscola hay empresas de apartamentos en las que las reservas para los meses de junio y julio están por encima del 70%, y para agosto sobrepasan el 80%. “Este verano será probablemente mejor que el anterior. Nuestra tierra es un destino muy buscado en Internet a la hora de hacer reservas, motivo por el cual confiamos de que se tratará de un gran verano”, manifiesta el alcalde de la localidad castellonense, Andrés Martínez. Desde el Ayuntamiento están poniendo todos los recursos necesarios para garantizar el cumplimiento de las medidas de seguridad, con informadores en la vía pública y presencia policial.

Salou continúa siendo otra de las grandes preferencias de los aragoneses, un destino tan histórico como turístico. Al igual que en Peñíscola, el alcalde de Salou, Pere Granados, confía en que “este año va a ser mejor que el anterior, aunque no tan bueno como 2019”. “A finales de este mes –ha continuado– tendremos abiertos un total de 31 hoteles”. Además de los visitantes, Salou es el destino elegido por alrededor de 4.000 aragoneses para tener su segunda residencia, por lo que también esperan afluencia de todos aquellos que, según el propio Granados, “tienen su casa en Salou”.

Efectividad de los protocolos

En este sentido, la señalización en el paseo marítimo resulta fundamental. “El año pasado sectorizamos la Playa Norte, que abarca casi seis kilómetros, para indicar en qué sector se encontraba cada tramo. El sistema de megafonía avisaba de los tramos más o menos llenos, pero nunca se llegó a saturar la capacidad de aforo de la playa por encima del 60%”, recuerda Martínez. Además, el equipo de informadores turísticos se asegura de controlar los accesos y salidas, de la distancia entre toallas y sombrillas y de que todo el mundo lleve puesta la mascarilla.

Benicarló, otro municipio castellonense muy solicitado por los aragoneses en el que cerca del 85% del turismo es puramente nacional, seguirá un protocolo muy similar al del verano anterior. En este caso, es el equipo de socorrismo el encargado de hacer un recuento automático cada dos horas de los asistentes en las propias playas. “En el momento en el que se llegaba al aforo estipulado desde el Consistorio, se vallaba la entrada, se prohibía el acceso y se invitaba a los asistentes a ir a otra de las playas”, explica la técnica responsable de turismo, Inma Gimeno.

Mientras que los peñiscolanos confían en que sea un verano “razonablemente bueno” porque los clientes habituales tienen ganas de volver, el Consistorio benicarlando espera disfrutar de la presencia, “como mínimo”, de los aragoneses que tienen allí apartamento. “Lo más lógico y normal sería que no viniera tanta gente como en 2019, pero nunca se sabe. Ojalá haya mucha suerte y se igualan esas cifras”, desea Gimeno.

Salou espera repetir las medidas de seguridad que les permitieron recibir el año pasado el premio otorgado por Ametic. “Establecimos un sistema de tecnología puntero con el que los usuarios podían conocer el aforo que había en cada una de las playas. Gracias a esto no tuvimos que cerrar ninguna de ellas”, ha añadido Pere Granados.

Estos tres destinos, “encantados de la vida” por recibir turistas -además de Aragón- de Madrid, Comunidad Valenciana, Cataluña, País Vasco, La Rioja y Navarra, ya tienen todo a punto para acoger a sus visitantes más esperados. “Hay familias procedentes de Aragón que llevan viniendo aquí desde hace 30 y 40 años, por lo que se han establecido muchos lazos. Este mercado es muy interesante porque conoce muy bien el destino y valora la oferta gastronómica y la tranquilidad de la ciudad. Queremos cuidar a los aragoneses para que sigan viniendo, son muy importantes para nosotros”, matiza Martínez.