El abatido en El Gancho quiso disparar pero un error en las balas evitó el fuego a los agentes

El acusado ha declarado esta mañana en la Audiencia Provincial de Zaragoza // Foto: Elena Albiac
photo_camera El acusado ha declarado esta mañana en la Audiencia Provincial de Zaragoza // Foto: Elena Albiac

El joven abatido a tiros por encañonar a cuatro policías nacionales el pasado 22 de noviembre en El Gancho de Zaragoza ha declarado esta mañana que “no disparó” a los agentes. Sin embargo, esta afirmación no sería del todo errónea. Tal y como ha probado la perita encargada de balística, el acusado quiso disparar, pero el uso de una munición que no correspondía con el revólver, evitó que el proyectil saliese hacia los agentes.

Decenas de vídeos corrieron esa tarde de domingo por los móviles de los zaragozanos. Unos vídeos que esta mañana también han servido como prueba en la sesión que puede enviar a prisión doce años, tal y como piden las acusaciones particulares, al joven T.N. que ese día encañonó a los agentes entre las calles Cerezo y Boggiero, en el centro de Zaragoza.

T.N. ha declarado afirmando que recibió el arma, “uno o dos días antes y que pensaba que era de fogueo”. También ha negado que tuviera intención de disparar a los agentes, “quería huir para irme a mi casa”, ha defendido. El acusado, a través de su abogada Carmen Sánchez Herrero, presentó el pasado mes de enero una denuncia por un delito de lesiones a los agentes que lo redujeron, al usar según afirma, “una fuerza excesiva” en su reducción.

“Tengo algo peor”

El 22 de noviembre, tal y como han defendido la sucesión de agentes presentes, T.N. fue dado el alto por mostrarse huidizo de la Policía Nacional que se encontraba rondando las calles del céntrico barrio. Los agentes le pidieron la identificación, a lo que él accedió entregando el pasaporte, después le preguntaron si tenía algo que le podía comprometer, y este respondió sacando la pistola diciendo que, “tenía algo peor” y entonces, “los apuntó a la cara”.

Simultáneamente, el acusado se echó hacia atrás y huyó del coche policial. Cundió el pánico en la calle, ya que T.N. comenzó a apuntar a la gente que se encontraba esa tarde en su camino. Estos policías dieron la alerta y unos minutos después, otra patrulla vio al acusado. Éste sin mediar, apuntó fuera de la ventanilla con su revolver a los agentes y comenzó el fuego. “Con mi primer disparo cae herido. Se le cambia el gesto, pero sigue viniendo hacia mí”, ha relatado el jefe de patrulla que intervino en la reducción del acusado. “Vuelve a disparar, pero no le sale, tira el revolver contra el suelo enfadado y ya cae al suelo”.

El otro agente que intervino en la reducción de T.N. ha afirmado que “temió por la vida de su compañero” y que el acusado hizo caso omiso a sus requerimientos de tirar el arma. Ambos policías han afirmado que apuntaron a las piernas en todo momento ya que, “no podían hacer tiros intimidatorios para no herir a terceros”.

El acusado hizo ademán de disparar, pero el uso de una munición no correspondiente con el revolver que usaba, evitó que hubiese un intercambio real de fuego. El percutor, tal y como ha declarado la perita de balística, no llegó a incidir de la misma fuerza que con una bala correspondiente. “Si hubiera tenido las balas adecuadas hubiera abierto el fuego”, ha afirmado.

Uno de los testigos que grabó el impactante suceso, ha relatado como el acusado “apuntó de muy cerca a la Policía” y que vio como los agentes se tuvieron que resguardar tras la puerta del coche policial de modo de “barrera”. Ha concluido afirmado que el acusado “apuntaba a la altura del pecho” de los dos policías.