Las alucinaciones son un tema complejo ya que pueden deberse a una etapa concreta del desarrollo. En los niños, es importante distinguirlas, ya que muchas están relacionadas con diferentes problemas mentales que no son, necesariamente, de origen psicótico. Puede deberse a situaciones de duelo, dificultades adaptativas, estrés postraumático, trastornos de conducta, crisis de ansiedad u otros desórdenes afectivos.
A menudo, las alucinaciones infantiles no tienen gran importancia clínica porque obedecen a factores propios del desarrollo y no siempre se trata de cuadros patológicos agudos. Existen varias razones que pueden propiciarlas, como son los fenómenos relacionados con el sueño (pesadillas y terrores nocturnos), muy frecuentes en los niños. De igual manera, los pensamientos obsesivos, las ideas rumiativas e incluso una mente demasiado imaginativa y fantasiosa (amigos imaginarios) son otros de los factores que pueden conducir a la aparición de las mismas.
Mi consejo: Se debe prestar especial atención a estos fenómenos pues en ciertos casos sí puede tratarse de una patología psiquiátrica. Conviene acudir a vuestro médico para que haga la oportuna valoración y, en caso necesario, la derivación al especialista.