Domingo rural intenso

Como muchos domingos éste empieza en la sacristía de la iglesia de Biscarrués viendo como conseguir fondos para arreglar en el tejado de la iglesia del pequeño pueblo de Erés. Escucho el sermón sobre la vocación y santos variados que han sido un ejemplo de resistencia, amor y servicio.

Después en Murillo de Gállego ya se ha instalado una navata para mostrar a los turistas esta tradición e invitar a unirse a este trabajo el próximo año para celebrar que el río Gállego y sus gentes han ganado la dura batalla al pantano de Biscarrués.

A mediodía vermú en la terraza de Pablo, el naturalista, para acabar de concretar las jornadas medioambientales de mayo en el sendero botánico.

Luego café tertulia en el parque de Erés con las valientes mujeres participantes en el I Encuentro de la visibilidad lésbica que también habían paseado por el sendero.

La tarde continua en el bar donde llega una compañera política a la que, por llamarle la atención a un chico por miccionar en un árbol, éste le ha dicho “no hay balas suficientes para tanto rojo, yo te conozco” y a continuación le ha amenazado. Para quitarnos el escalofrío hemos brindado con preocupación.

Bajo la luna llena preparo la clase de valores éticos de mañana sin tener que pensar mucho el tema después de lo vivido hoy: invitarles a ser como los héroes y heroínas con los que he compartido el día y animarles a qué elijan su lucha y servicio en este mundo rural o urbano, en uno de los numerosos frentes que tenemos pendientes.

Todo esto en un día y aun habrá quién diga que los pueblos son aburridos…

Lola Giménez Banzo