El Camino de San Úrbez comprende un viaje único a través del Alto Aragón

El alcalde de Huesa ha dado la bienvenida a los peregrinos
photo_camera El alcalde de Huesa ha dado la bienvenida a los peregrinos

Los 93 kilómetros que recorren el camino que une San Úrbez y Huesca, que es Sendero Turístico de Aragón, forman una ruta que “se vende sola” por su sus características únicas, según cuenta uno de los peregrinos que ha finalizado este trayecto que replica las antiguas rutas que seguían los romeros en peregrinaciones en honor del santo o buscando su favor .

Esta ruta (GR 268), que puede disfrutarse desde el año 2020, es un Sendero Turístico de Aragón que comprende un viaje de 93 kilómetros que se reparten en diferentes etapas, todas ellas únicas y variadas. La ruta, comienza en San Úrbez de Añisclo y termina en la plaza del Monasterio de San Pedro el Viejo de Huesca, pasa por los principales lugares urbecianos, conectando además con lugares y paisajes únicos como el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

Como ha declarado uno de los peregrinos, Oscar Ballarín, la ruta se puede hacer en cualquier época del año, y se pueden vivir experiencias como “salir de Añisclo pisando nieve, y llegar a Huesca y tener la primavera en plena efervescencia, cambiar de un mundo a otro en cinco días”. Esta es una ruta que se puede hacer “de un tirón”, y es muy recomendable por “las buenas sensaciones que transmite”, además de que al final no deja de ser “una unión de caminos tradicionales que unían pueblos, y que es nuestro patrimonio”.

El alcalde de Huesca, Luis Felipe, ha recibido a los peregrinos en la meta final, en la plaza donde se encuentra el Monasterio de San Pedro, y ha querido expresar su satisfacción comentando lo importante que es “recuperar caminos que permiten recorrer parajes de nuestro entrono natural e histórico”. Además, la limpieza de este camino supone una atracción turística para la provincia oscense, lo que supone un motivo más para “tener en cuenta que Huesca es una ciudad de destino para disfrutar y conocer la historia de Aragón”, ha finalizado.

Por su parte, representando a la Federación Araonesa de Montañismo, el presidente de Peña Guara, Manolo Bara, que también ha asistido a la bienvenida de los peregrinos, ha querido adelantar que se van a implementar muchas actividades en el camino, como por ejemplo “la que ya ha organizado la sección de carreras por montaña, para hacer la ruta corriendo”. Además, también ha querido destacar que “esta ruta va ayudar a recuperar vida humana en ese territorio, pero no solo los fines de semana, sino a lo largo de todo el año”.

Itinerario

La ruta puede empezarse desde cualquier parte, es para todos los públicos y en ella se pueden vivir experiencias únicas y ver paisajes muy diferentes entre sí.

El itinerario de esta ruta consta de varias etapas: la primera va de San Úrbez a Buerba (3,8 kilómetros); la segunda, hasta Albella (20,1); la tercera sigue hasta Laguarta (14,4 kilómetros); en la cuarta se llega hasta Nocito (19,9 kilómetros); en la quinta se acaba en Chibluco (25,1); y en la última se termina en Huesca (11 kilómetros).

San Úrbez y la ruta

San Úrbez o San Urbicio según la tradición nació en Burdeos en los inicios del siglo VIII, fue hijo de madre cristiana y padre gentil, llevando una azarosa vida que le condujo a tierras oscenses, donde fue considerado un hombre santo. Desarrolló el oficio de pastor, pero acabó sus días como hombre de fe. Tras su muerte fue muy venerado por los pueblos y gentes de todo el Alto Aragón, y surgieron romerías y veneraciones a lo largo del año o en momentos de fuerte sequía para pedir agua por la intercesión del santo pastor. Esta fuerte y arraigada veneración a San Úrbez es el origen y fundamento de esta ruta.

Falleció a avanzada edad en Nocito, en donde hay una ermita por él fundada, dedicada a Santa María y reedificada en 1884. Tras su fallecimiento, se despertó una gran veneración en los lugares por los que había vivido. Su cuerpo incorrupto fue trasladado en el siglo XVIII al santuario de San Úrbez de Nocito, profanado durante la Guerra Civil y en el que se conservan hoy sus escasos restos.