El cotejo del ADN de Feher podría haber evidenciado su peligrosidad en la zona antes de los crímenes

Norbert Feher ha acudido a la última sesión de interrogatorios // Foto: EFE
photo_camera Norbert Feher ha acudido a la última sesión de interrogatorios // Foto: EFE

Aunque este no sea el principal objetivo del juicio contra Norbert Feher por las muertes del ganadero José Luis Iranzo y los guardias civiles, Víctor Romero y Víctor Caballero, en algunas ocasiones se vislumbran factores claves de los trabajos de captura del paramilitar serbio en los días previos al triple crimen de Andorra. Feher, nueve días antes de los asesinatos, había disparado y herido a dos vecinos en Albalate del Arzobispo. Tras esto viajó por la zona robando en varios mases comida y otros útiles. Varias acusaciones han denunciado durante toda la semana que ha durado el juicio la falta de personal, seguridad e información que se vivieron en la zona tras los disparos en Albalate.

Este viernes, la que se espera que sea la última sesión de interrogatorios, ha ocupado toda la mañana con el paso de agentes de la Guardia Civil que se encargaron de desmenuzar científicamente las pruebas y los escenarios. Clave ha sido el paso del Departamento de Biología del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil de Madrid, que ha comunicado que, una vez detenido Feher tras los asesinatos y cotejado su ADN en un sistema de búsqueda de delincuentes internacionales, sonaron todas las alarmas en Italia, donde era buscado por multitud de delitos, entre ellos el de asesinato.

Feher, cuidadoso a la hora de desprender su ADN, no pudo evitar dejarlo en la ventana del Mas de Iranzo en la que entró, aupado de una bombona de butano, a robar algo de comida o latas de la vivienda. Tampoco evitó dejar sus restos biológicos en las latas de cerveza que bebía ni en las latas de comida que dejaba por ahí, durante su ruta por la provincia de Teruel o en el Mas del Zumino, donde parece ser que descansaba y guardaba sus pertenencias. Unas pruebas biológicas que no se realizaron hasta el día después del triple crimen, por lo que se ha puesto en evidencia que, si se hubieran cotejado antes las muestras de ADN de los restos que dejaba tras sus robos, podrían haber descubierto la identidad del peligroso criminal.

Feher inutilizó la pistola de un tiro

Esta mañana también han pasado por la Audiencia Provincial de Teruel, los agentes del Departamento de balística que inspeccionaron las armas que se usaron en los crímenes, así como los de los guardias civiles. Los expertos de la Guardia Civil han evidenciado que Feher disparó al arma, aun en la funda, del agente Víctor Romero lo que produjo una inutilización una vez acabado con el cargador. Lo que solo produjo que el agente pudiera disparar cuatro veces más.

La pistola de su compañero, Víctor Romero, también recibió un impacto en la funda, pero esta no quedó inutilizada. Algo que han podido demostrar debido a la falta de lesiones en las manos de los agentes.

También han manifestado que el guardia civil, Víctor Caballero, no llevaba “en su forma natural” el chaleco antibalas, lo que produjo que se le introdujera el proyectil “de dentro hacia afuera”.