Ibercaja apuesta por un proyecto propio y descarta fusiones con otros bancos

Desde Ibercaja aseguran estar preparados para iniciar su salida a bolsa
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Un proyecto propio e independiente, con autonomía aragonesa. Esta es la apuesta de Ibercaja como base para garantizar su futuro dentro de su Plan Estratégico hasta 2023. Una idea que se sustenta en un modelo más “competitivo, ágil y sostenible” para los próximos años, donde confía en la capacidad de recuperación de la economía española para remontar la crisis generada por la pandemia.

Así lo han defendido los principales responsables de la entidad bancaria en la presentación de su hoja de ruta hasta 2023, en un momento que califican como un “punto de inflexión” para el futuro de la entidad bancaria. “Vamos a seguir apostando por proyecto propio e independiente. Nos hemos ganado el derecho a seguir jugando la partida. Los efectos de la crisis no son pasajeros. Debemos acelerar nuestra transformación”, ha remarcado el consejero delegado, Víctor Iglesias.

En este sentido, desde el órgano de gobierno del banco han descartado al completo una fusión con otra entidad bancaria para aumentar su capacidad de negocio. “No nos lo hemos planteado. Estamos muy centrados en reforzar nuestro proyecto propio e independiente, en hacerlo más competitivo, ágil y sostenible. No perdemos el tiempo. Nos va a tener muy ocupados los tres años, y despistarnos con operaciones corporativas no da a lugar. Seremos fieles a nuestra hoja de ruta”, ha señalado Iglesias.

Un proceso de concentración del sector en todo el país que se inició en 2008 y que ha hecho pasar de medio centenar de operadores a apenas una decena, agrupando las cinco grandes el 70% del mercado. “Sería más importante ocuparse por la diversidad del ecosistema bancario que por hacer más fusiones. Si se produjeran más fusiones, no sería por necesidad, sino impulsadas por voluntariedad y con un claro sentido industrial”, ha aseverado el consejero delegado.

Además, la Fundación Ibercaja mantiene el 87% del accionariado, lo que permite, asegura Iglesias, “tener una perspectiva temporal amplia” en cuestiones de rentabilidad. “Somos un banco porque jurídicamente debemos ser banco, pero nuestro espíritu es hacer un modelo basado en las cajas de ahorro, siendo solventes y prudentes e el riesgo. La sociedad lo agradecerá que existen entidades de este tamaño”, ha afirmado el presidente de Ibercaja, José Luis Aguirre.

Salida a bolsa

Otra cuestión que ha centrado la rueda de prensa de presentación de este Plan Estratégico, denominado Desafío 2023, es la salida a bolsa de la entidad, cuya fecha límite estaba en diciembre de 2020, pero la pandemia ha permitido aplazar esta decisión un máximo de dos años. La normativa obligaba a la Fundación Ibercaja a reducir su participación del 87% al 40%, y la fórmula elegida para ello era la salida a bolsa.

Así, Víctor Iglesias ha asegurado que la compañía “tiene todo preparado” para dar ese salto, y solo está a la espera a que llegue el momento idóneo. “Monitorizaremos el mercado para cuando sea favorable se pueda plantear la salida a bolsa. La Fundación tomará la decisión y si nos dice que adelante, ejecutaremos la salida de forma más exitosa posible para los accionistas”, ha explicado, manteniendo que valorarán cualquier otra alternativa si fuera necesario.

Además, desde la cúpula de la identidad también rechazan que, una vez se inicie la cotización en bolsa, los nuevos accionistas pidan una fusión con otros bancos. “No veo la lógica, y nunca nos han presionado ni en Frankfurt ni en Cibeles. Si cuando salgamos a bolsa, nos presionan los inversores, el accionista seguirá siendo la Fundación con el 40% del capital. Deberás ponerte de acuerdo con él para pedir cualquier cosa en un Consejo de Administración”, ha añadido Iglesias.

Ganar rentabilidad

Con estas bases, la entidad persigue multiplicar por 1,5 las captaciones de nuevos clientes en banca personal y banca privada, así como incrementar un 23% los clientes vinculados en banca de empresas. Estos planes comerciales permitirán incrementar en 50 puntos básicos la cuota de crédito en empresas; crecer el 8% acumulado anual en gestión de activos (fondos de inversión, planes de pensiones y unit link); y aumentar más de un 6% acumulativo anual la cartera de seguros de riesgo. Todos los proyectos que se van a poner en marcha tienen, como objetivo final, superar en 2023 un 7% de rentabilidad sobre fondos propios (ROTE), con un payout del 50%.

Y es que los logros conseguidos en el Plan 2018-2020 “hablan por sí mismos”, afirma Iglesias. Así, el número de clientes particulares “bien vinculados” ha pasado a ser de 585.000 al finalizar 2020, frente a los 544.000 de 2017 y, en el caso de empresas, la cifra ha alcanzado los 62.000 desde los 55.000. La transformación digital llevada a cabo en este periodo, una de las líneas clave en este ciclo, ha impulsado el número de clientes digitales, pasando de 630.000 en 2017 a 840.000 en el final del trienio.