Los centros Covid van recuperando su vida anterior tras atender a 1.463 personas

Uno de los centros Covid en TYéqueda (Huesca) recupera este lunes sus funciones como residencia
photo_camera Uno de los centros Covid en TYéqueda (Huesca) recupera este lunes sus funciones como residencia

Hace 378 días el director de la residencia para mayores “La Abubilla” (Yéqueda, Huesca) Mateo Ferrer, se encontraba a las puertas de la misma para recibir nuevos ingresos por covid. Este lunes, Mateo se hallaba en el mismo lugar, pero esta vez, para celebrar que la residencia ha dejado de ser un espacio dedicado al aislamiento de enfermos. Los centros covid van recuperando su vida anterior tras atender a 1.463 personas durante la pandemia, y es que actualmente, el bajo número de residentes ingresados tanto en hospitales como en estos centros ha hecho que el Gobierno de Aragón determine el cierre de este espacio para que pueda retomar su proyecto de residencia.

“Hoy podemos mirar hacia un futuro mucho más esperanzador y acercarnos a la normalidad, que nos va a permitir que los centros residenciales podamos volver poco a poco a nuestro origen, a ser un centro social en el que las personas se sientan en casa”, ha explicado Mateo, que estaba acompañado por la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón, María Victoria Broto que, también ha querido destacar que “estamos en un momento en el que podemos decir adiós a la Abubilla como centro covid, y comenzar la etapa de residencia para mayores”.

En marzo de 2020, en pleno auge de la pandemia, las residencias empezaron a tener positivos entre sus usuarios, lo que agravó la problemática tanto en estos centros como en los hospitales, que no daban abasto. El 21 de ese mismo mes, como explica Broto, “no sabíamos que hacer”, ya que los casos aumentaban y existían problemas para poder aislar a las personas mayores. “Fue una trabajadora del departamento la que nos comentó que había una residencia en Huesca recién acabada y preparada para abrir”, explicaba la consejera, que acto seguido se puso en contacto con el director de la Abubilla. “Mateo no dudó ni un momento, y creo que eso es de agradecer, ya que puso este espacio al servicio de los altoaragoneses”. “Fuimos activos desde el primer momento, el día 21 lo decidimos y el día 23 abrimos el centro”, explicaba la consejera.

Los centros covid han desempeñado un gran papel durante la pandemia, y es que no solo han hecho que los hospitales tuviesen un ritmo de trabajo más fluido, sino que también han conseguido que las personas afectadas que ingresaron en estos centros, se sintiesen “acompañadas”. La consejera ha querido destacar que cuando llevaron a cabo la iniciativa de usar la Abubilla como espacio covid, eran “pioneros”, ya que “nadie más en España lo había hecho”, por lo que existía incertidumbre, pero, finalmente, el resultado ha sido “muy positivo”.

En Aragón hubo un total de 1463 personas afectadas por la Covid-19 en las residencias. En el último me, después de la vacuna que tanto ha supuesto para las personas mayores, Broto ha destacado que “no tenemos ningún fallecido, y en Huesca, no tenemos tampoco ningún usuario positivo en ninguna de las residencias”. En concreto, en La Abubilla han sido atendidas 164 personas hasta su cierre a finales de febrero. En una primera etapa, entre el 23 de marzo y el 20 de junio, se recibió a 99 pacientes positivos en coronavirus. En la segunda, se atendió a 65 usuarios negativos en covid, que provenían de residencias donde se había producido un brote importante y era necesario aislar a las personas no contagiadas. “Ha sido un año muy duro, que nos obliga a reflexionar y que nos ha aportado experiencias de todo tipo, que –seguro- nos servirán para el futuro, un futuro que afrontamos con optimismo y apostando por seguir cuidando a los mayores”, explicaba Mateo.

La consejera ha finalizado agradeciendo a las familias que han confiado en el trabajo realizado por el centro, a los propietarios por dejar usar su edificio y, sobre todo, a los “ángeles” que han trabajado en las residencias, que han sido “un haz de luz en la oscuridad”.

Mayor implicación de las familias 

El director de La Abubilla ha hecho hincapié en que el tipo de atención por el que apuesta el centro es novedoso en Aragón y está inspirado en “modelos nórdicos”. En esta línea, ha explicado que la residencia tendrá un elevado ratio de trabadores por residente (hay 45 plazas y se contará con 31 profesionales) y se va a implantar un sistema flexibilizado, donde prime el poder de decisión de los residentes, los espacios íntimos y cálidos, así como un horario libre de visitas, para apostar por la mayor implicación de las familias posible. Además, cuenta con área específica de rehabilitación con fisioterapia, terapia ocupacional puntera, y un extenso jardín.

Para finalizar el acto, la coordinara de las auxiliares ha leído uno párrafos del relato “Pájaron Maravilloso” de Farid-Ud-Din’Attar, donde ha realizado un símil entre la búsqueda que realizaron 30 aves guiados por una abubilla y lo vivido en las residencias. “Todas, al principio, buscábamos ese pájaro maravilloso que nos sacara y alejara de la covid, pero fue ese pájaro que cada una lleva dentro, encarnado en trabajo, constancia y amor, el que hizo que todos, juntos, saliéramos hacia adelante”. Durante el acto se ha recordado a todos los usuarios que han dejado su huella en este centro que hoy comienza una nueva etapa.

Cabe recordar que, a día de hoy, solo permanece abierto como centro covid el de Casetas (centro de Maizales) que, además de atender a pacientes de residencias positivos en coronavirus, está recibiendo otros perfiles, como ciudadanos que no pueden realizar de forma adecuada los aislamientos en casa y precisan de cuidados más específicos. En el año de apertura de este centro ha atendido a 1.005 personas. Por su parte, el de Gea de Albarracín y Alfambra atendieron a 111 y 64 personas respectivamente, mientras que el de Miralbueno recibió a 119.