Por lo general, en la vida se pasa por multitud de dificultades y obstáculos y muchas veces la única manera de dar un consejo de forma correcta es empatizando con el afectado e intentar ver el problema desde su ángulo y no desde nuestra posición particular, que en muchas ocasiones es distinta.
Cuando, en la persona que nos importa, se ve dolor, tensión y sufrimiento, la sensación que uno tiene es la de encontrar una salida urgente a su problema. Debes tener presente que es posible que tu prima no vea la situación de la misma manera que la entiendes tú. Por ello, es conveniente ser prudente, tener paciencia y evitar dar consejos directos que no te haya pedido.
El mejor consejo que puedes ofrecerle es simplemente saber estar ahí, a su lado. Lo que más puede estar necesitando de ti es apoyo y cariño. Poder sentirse cómoda para llorar, para desahogarse y para expresar cómo se siente sin ser juzgada. Por ello, no es favorable que le pautes lo que debería hacer. Más bien, puedes motivarle ofreciéndole diferentes alternativas como posibles soluciones, para que sea ella quien las valore y tome sus propias decisiones.
Mi consejo: Permite que sea tu prima quien tome sus propias decisiones mientras le acompañas en el proceso y le ofreces ánimo y empatía.
