CaixaBank se suma al Día Mundial del Síndrome de Down apostando por historias y proyectos

Adrián ayuda a Ángel a ordenar por alturas
photo_camera Adrián ayuda a Ángel a ordenar por alturas

Con motivo del Día Mundial del Síndrome de Down, la Fundación ”la Caixa” y CaixaBank han impulsado múltiples iniciativas en todo el territorio para apoyar a cerca de 100 entidades sociales de toda España que facilitan y promueven el desarrollo integral y la inserción de las personas afectadas por este síndrome.

CaixaBank, dentro de su Acción Social, canaliza a lo largo del año aportaciones económicas de la Fundación “la Caixa” para atender a necesidades sociales en todo el territorio. Gracias a ello, en 2020 se destinaron cerca de 500.000 euros a las entidades dedicadas al síndrome de Down.

Dada a su capilaridad territorial, la red de oficinas de CaixaBank puede realizar esta labor de detección de proyectos de entidades sociales locales y canalizar así parte del presupuesto de la Fundación. En 2020, el 89% de las oficinas del banco apoyaron algún proyecto social e hicieron posible que miles de pequeñas y medianas entidades sociales solidarias pudieran acceder a ayudas económicas para sacar adelante sus programas.

En Aragón, a través de su red de oficinas se han detectado muchas iniciativas locales, lideradas por asociaciones aragonesas como Lacus, Atades, Fundación Down Zaragoza, Cadis Huesca y Sesdown, que han despertado el interés de la Fundación ”la Caixa” y CaixaBank apoyando así estas iniciativas logrando multiplicar resultados para fomentar la inclusión de este colectivo.

Álvaro y los talleres de matemáticas 

Entre los proyectos apoyados por la Fundación “la Caixa” y CaixaBank en Aragón destacan los talleres de matemáticas impartidos por la Sociedad de Estudios sobre el Síndrome de Down en colaboración con la Universidad de Zaragoza en el marco del proyecto europeo Anfomam, Aprender de los Niños para Formar a los Maestros en el área de Matemáticas.

Las matemáticas son una asignatura fundamental que, a veces, genera frustraciones en su aprendizaje. Sin embargo, si ampliamos la mirada, vemos el enfoque humanista clave para el desarrollo integral de las personas. Las matemáticas, así concebidas, dejan de ser una barrera que separan unos estudiantes de otros y se convierten en una oportunidad de sumar valores formativos, mejoran la forma de pensar y hacen disfrutar de los retos que suponen.

“Yo pensaba que mi madre estaba loca. ¡Llevar todos los sábados a mi hermano Álvaro a hacer matemáticas! ¡Pobre, menuda tortura ! Pero ahora lo entiendo todo, es que esto no es como me imaginaba, se lo pasa en grande”. El que habla así es Adrián, de 20 años, estudiante de Magisterio, uno de los colaboradores habituales del taller desde hace dos años. Álvaro, su hermano de 8 años, tiene síndrome de Down, y lleva con nosotros desde los 4. Su madre, Ana, es una entusiasta maestra de Primaria que apuntó a sus dos hijos a participar en el proyecto, uno como niño y otro como monitor …”para que le enseñéis y por si os puede ayudar en algo”.

Todos los sábados, Álvaro se embarca en una aventura junto con 15 niños con síndrome de Down de Zaragoza ayudados por otros tantos monitores, voluntarios como Adrián, que aprenden a la vez que enseñan y dejan atrás una visión de las matemáticas reservada a las personas más capaces.

Situándose en el punto de corte de dos caminos, recorriendo las líneas rectas que marcan la distancia más corta entre dos puntos, observando las distintas aperturas de un abanico o descubriendo las huellas planas que dejan en la arena los objetos tridimensionales, los niños con Down aumentan su consciencia del mundo.

Contar historias, jugar, afrontar retos, superarlos… son actividades propias de las matemáticas que les hacen disfrutar, ser más felices y más plenos.