Los aragoneses salen a la carretera para aprovechar “el primer día de semilibertad”

El tráfico ha sido fluido durante toda la mañana, sin incidentes ni retenciones
photo_camera El tráfico ha sido fluido durante toda la mañana, sin incidentes ni retenciones

De noviembre a marzo, los aragoneses han tenido que olvidarse de salir de su provincia y, en muchas ocasiones, de su capital. Sin embargo, cuatro meses después, con las restricciones algo más relajadas, ha llegado el momento de recordar -en cierta medida- lo que era la vieja normalidad. “Es nuestro primer día de semilibertad”, sostenía un viajero madrugador.

Los motivos eran de lo más variados. Unos iban a visitar a sus padres, otros a comprobar el estado de la segunda residencia y algunos, sencillamente, respirar “aire puro”. Es el caso de un joven, que viajaba con su chica a los Mallos de Riglos. La idea era “hacer una escapada” en un día que brillaba el sol. “Ha salido un gran día y vamos a aprovecharlo”, indicaba.

Por su parte, un padre de familia declaraba que tenía que comprobar el estado de su segunda residencia. Se encontraba algo nervioso, ya que desde octubre no había sabido nada de su estado. Este era el motivo que le había llevado a madrugar este sábado por la mañana. Eso sí, la idea de salir de la ciudad también decantaba la balanza en favor del viaje.

Quienes han notado este incremento han sido los trabajadores de la gasolinera, especialmente aquellas que se ubican en la carretera de Huesca. Ahí declaraban que se encontraban con “un tremendo jaleo”, porque los zaragozanos que van al Pirineo tienen que coger ese camino. De hecho, el mismo día que se anunciaron las restricciones, ya percibieron las salidas, a pesar de que todavía no estaban en vigor.

Sin embargo, al pasar a repostar, muchos se han llevado una sorpresa poco agradable: ha subido el precio del combustible. Es algo que ha sentado mal, y que “curiosamente siempre coincide con las mismas fechas”, según declaraba un padre que se iba al campo con su hijo. Eso sí, se ha convertido en un mero mal trago que no ha impedido los desplazamientos de los aragoneses.