Un allanamiento entre okupas de un edificio de la calle Azoque de Zaragoza acaba con tres detenidos

El inmueble de la calle Azoque en el que se produjo la detención
photo_camera El inmueble de la calle Azoque en el que se produjo la detención

La Policía Nacional detuvo este miércoles a tres okupas que habían entrado en otra vivienda okupada en un edificio de la calle Azoque del centro de Zaragoza. Un conflicto que lleva caldeando este edificio desde hace tres años en una de las zonas más céntricas de la ciudad.

Agentes policiales acudieron al edificio de la calle Azoque número 58 alertando de una pelea entre inquilinos del inmueble. Tal revuelo se dio porque los inquilinos de una de las viviendas, en régimen de okupación, habían allanado la morada o entrado sin permiso el hogar de otros, también en régimen de okupación. Fuentes legales han afirmado que, aunque se esté en régimen de okupación, la vivienda se considera morada por lo que entrar sin permiso supone un delito de allanamiento. Los detenidos, todos ellos jóvenes, esperan pasar este miércoles a disposición judicial.

El edificio, que pertenece a un fondo buitre del banco Sabadell, fue okupado hace tres años por varias familias hasta llegar a la situación actual, en la que todas las viviendas del bloque se encuentran en este régimen. Vecinos creen que detrás de esto existe una organización o una persona encargada de facilitar las entradas y las salidas de las viviendas.

Larga lista de afecciones

La propietaria de uno de los establecimientos afirma sentir “una gran indefensión” y ha añadido que tiene una larga lista de afecciones sufridas durante estos años de mala convivencia. Una de las más sonadas, su negocio sufrió una grave filtración de agua proveniente de un empalme ilegal del piso de arriba que obligó a actuar a los Bomberos de Zaragoza que tuvieron problemas con su actuación al no dejarles, en un primer momento, entrar al inmueble.

Tras años de intentos de comunicación con el fondo buitre bancario, dueño del inmueble, la propietaria ha afirmado que “es más fácil hablar con el Papa”. Una situación en la que, “se ha intentado todo” ha desembocado en el próximo cierre del establecimiento y su traslado a otro emplazamiento.