El sector de los locales comerciales viene viéndose perjudicado desde 2006, y las consecuencias derivadas de la pandemia durante este último año han agravado el problema considerablemente. Además, el auge del comercio electrónico y la gran influencia de los centros comerciales en la ciudadanía, que acude a estos lugares como su destino principal para compras y actividades de ocio, han abocado al cierre y al abandono de muchos locales callejeros. En este sentido, la esperanza actual reside en los cambios legislativos que quieren modifican las normas de cambio de usos, lo que trae consigo un efecto positivo, además del buen papel logístico en locales y centros por las restricciones de movilidad.
Ante este panorama, se ha llevado a cabo este martes la presentación telemática del Informe del cuarto trimestre de Locales Comerciales en Aragón, que ha corrido a cargo del presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad de Aragón, Fernando Baena, el presidente de la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia (ECOS), José Antonio Pueyo, y el director del Grupo de Análisis del Mercado Inmobiliario (Gamerin), Luis Fabra. Este último ha incidido en la relevancia de escuchar y aprender diariamente de los especialistas del sector, tales como Baena, “un gran profesional en la compra-venta de locales comerciales”, y Pueyo, “experto representante de los agentes comerciales”.
Importancia de la localización
El presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad de Aragón ha reconocido que “si pudiéramos comparar los contratos de arrendamiento suscritos en 2020 respecto a los años anteriores, es evidente que nos llevaríamos una sorpresa bastante desagradable”. Baena ha destacado la importancia de las condiciones físicas de cada local comercial, ya que cada uno es singular, y conforma una pieza única “para lo bueno y para lo malo”. Además, ha concedido especial atención al valor económico intrínseco de cada espacio, ya que los precios oscilan en función de la localización específica de estos locales. “Hay casos en los que en una misma calle conviven locales que triplican o cuadruplican el valor de otros situados en ese lugar unos metros más arriba o más abajo”, ha remarcado. Dicho valor está íntimamente relacionado con la renta que cada local sea capaz de soportar, que se vincula a “la renta o alquiler a pagar”.
A día de hoy, la mayoría de los locales en la Comunidad se encuentra en arrendamiento. Por ejemplo, la calle Alfonso -una de las más emblemáticas de Zaragoza- presenta un panorama desolador acuciado por el grave problema que generan los locales vacíos. “Es un problema generalizado, y resulta muy complejo actuar ante ello, ya que cuando un inmueble está fuera de precio, ni se vende ni se arrenda”, ha manifestado. “Nuestra misión es hacer entender a los arrendadores que el mercado establece un precio y hay que respetarlo”, ha matizado Baena, añadiendo que “el arrendador debe ver al arrendatario como su cliente”, motivo por el cual tendría que conseguirle las mejores condiciones posibles. “Hoy en día, al que abre un negocio habría que calificarlo casi de héroe”, ha concluido.
Cambio de usos en los locales
José Antonio Pueyo, que adquirió su primer negocio gracias a Baena, ha cambiado el registro anotando que “habría que aprender a proporcionar a los locales otro tipo de usos diferentes al puramente comercial”. Afortunadamente, se supone que se oficializarán más legislaciones futuras para que los locales gocen de una segunda oportunidad de uso, ya sea para vivienda o destinados a otras actividades. “Es cierto que las grandes superficies han provocado el cierre de muchos comercios, pero la dificultad de encontrar aparcamiento en Zaragoza constituye también un gran problema”, ha puntualizado.
El presidente de ECOS ha sugerido que “algunos locales podrían utilizarse como garajes” para poner remedio a esta problemática. Asimismo, ha señalado que las actividades comerciales, industriales y profesionales de los pisos podrían trasladarse a los locales para “una mejor calidad de vida y una mayor ocupación de estos últimos”, puesto que “la actividad comercial no deja de ser una extensión de la propiedad privada”.
Los tres representantes han deseado que Zaragoza se convierta en una de las ciudades más flexibles en temas de legislación para volver a disfrutar de infinidad de locales abiertos. “Pedimos que los impuestos sean lo más justos posibles, y hay que ir conjuntamente al Ayuntamiento a hablar, tratar y negociar sobre estos asuntos”, han ultimado.