La Romareda cumple un año descafeinada

El fútbol se ha quedado sin sal, se ha vuelto soso y descafeinado
photo_camera El fútbol se ha quedado sin sal, se ha vuelto soso y descafeinado

El aspecto que presenta La Romareda cada vez que el Real Zaragoza juega como local se puede calificar de desolador. Las gradas están vacías y, por consiguiente, el desinterés -en todo el mundo del fútbol- es cada vez más palpable. La Romareda lleva ya un año descafeinada, sin el calor de un zaragocismo que recuerda el 3-1 al Deportivo de hace 366 días como si fuese ayer. La nostalgia y la tristeza merodean en torno a una afición que añora esos tiempos en que podía ver en directo a su equipo.

Ahora, los directivos acuden al estadio realizando su respectiva tarea profesional. Los jugadores utilizan las gradas como banquillo, con distancia y mascarilla, a pesar de llevar una PCR negativa y de que se juntan minutos después en el terreno de juego sin ella. Apenas un puñado de periodistas puede cubrir los choques y el resto de asistentes son distintos trabajadores del club.

El fútbol se ha quedado sin sal, se ha vuelto soso y descafeinado. Ha dejado de generar el interés que siempre ha caracterizado el deporte rey. Sin embargo, esta extraña situación lleva produciéndose un año entero. Hace 366 días, alrededor de 30.000 personas acudían al municipal para ver el Real Zaragoza – Deportivo de La Coruña, que finalizó con victoria y un hachazo a los perseguidores.

Ha sido extraño ese paso del tiempo. Tan pronto parece que la vida pre-covid pertenece a otra generación como uno se asombra de que ya ha pasado un año. Pero esos 366 días han sido letales. Víctor Fernández desde el banquillo lideraba un equipo ganador. Eguaras se estrenaba como goleador en La Romareda, Atienza daba ventaja de nuevo a los maños tras el 1-1 y Luis Suárez ponía la puntilla con el 3-1.

Ahora, el Real Zaragoza pelea en una Romareda gélida por mantenerse en Segunda División. Cada punto es vital, y poco se parecen a los que afrontaban el tramo final de Liga a cinco puntos del tercer clasificado. Sin embargo, es momento de centrarse en el presente. Sobre el terreno de juego, es fundamental salvar la categoría, y fuera de ellos, pelear por la vuelta de la hinchada zaragocista al estadio de sus amores.