Malestar, enfado e indignación entre los afectados por el cierre de las estaciones de Aramón

Imagen de archivo de una de las estaciones de Aramón
photo_camera Imagen de archivo de una de las estaciones de Aramón

El cierre de las estaciones de esquí de Aramón ha provocado malestar, enfado e indignación en las localidades aragonesas afectadas. Tanto los habitantes como los alcaldes consideran que se debería haber hecho “un esfuerzo mucho mayor” por tratar de salvar la temporada. Por ello, ahora ven un futuro muy negro para todas las zonas aragonesas que viven del sector. También claman ayudas directas.

La localidad de Sallent de Gállego se ha visto muy afectada por el cierre de la estación de Formigal. Su alcalde, Jesús Gericó, ha calificado esta decisión como “un despropósito”. De hecho, ha pedido la dimisión de la actual consejera de Economía, Marta Gastón, por “velar más por sus intereses que por los de Aragón”. Cabe recordar que Gastón es la presidenta de Aramón.

Explica Gericó que mantuvieron una reunión con el Consejo de Administración de Aramón, y allí les aseguraron que abrirían las estaciones en cuanto rebajasen las medidas. Esto tuvo lugar la semana pasada, y unos días más tarde ha tenido lugar el cierre. Por ello, carga contra Gastón, y afirma que, al velar más por su beneficio económico, “no está legitimada para seguir en la Consejería”. Considera que Aramón es “más que una empresa privada”, ya que forma parte del Gobierno de Aragón.

Lo cierto es que los afectados llevan dos meses reclamando ayudas, y piden “un plan de rescate serio para una situación que ellos han propiciado”. Gericó ve cómo otras comunidades sí que han abierto sus estaciones, lo que le lleva a deducir que Aragón “no cree en la nieve”. Actualmente hay gente con segundas residencias o arrendatarios que pagan “un alquiler muy elevado”. También había reservas en hoteles. Sin embargo, ninguno de ellos ha podido disfrutar lo que habían previsto.

En este mismo sentido, ha explicado que los pueblos donde este sector es primordial se van a vaciar. “La mitad de la gente se va a ir de la localidad y de todos los pueblos que viven de esto”, señalaba en sus declaraciones. El problema de no poder trabajar ni en invierno ni en verano les obligará a dejarlo todo para marchar a las grandes ciudades.

Futuro negro en el valle de Benasque

Desde Benasque también han mostrado la incertidumbre que supone un cierre total. José Ignacio Abadías, su alcalde, ha asegurado que, si el futuro “ya estaba negro”, ahora “se pone más”. Por ello, reclama un plan de ayudas que permita salir adelante a los pueblos, y más ahora que se ha consumado el cierre definitivo.

Desde su punto de vista, la decisión tiene “una doble vertiente”. Por un lado, puede entender que Aramón sea una empresa privada que intente no tener pérdidas para 2020/21. Sin embargo, en ella “participa al 50% el Gobierno de Aragón, que es dependiente de los ciudadanos aragoneses”. El otro 50% pertenece a Ibercaja, entidad con la que ocurre lo mismo.

Esta balanza le lleva a afirmar que deberían haber hecho “el esfuerzo de abrir para paliar la situación”. De este modo, las empresas y valles que dependen del esquí habrían sufrido algo menos la crisis derivada del estado de alarma. Y aunque hubiese habido algunas pérdidas, “se hubiera paliado algo”.

Pérdida de clientes en Valdelinares y Javalambre

En el caso de las estaciones de Valdelinares y Javalambre, sus clientes vienen especialmente de la Comunidad Valenciana. Por ello, el alcalde de Rubielos de Mora, Ángel Gracia, ha sido más conformista con la situación. “Tristemente, no podemos luchar”, señalaba ante este hecho. Considera que la realidad “es la que es” y actualmente “no se puede dar” la apertura.