Opinión

San Devolutio

¿Por qué hay tantas devoluciones estos días? San Devolutio es un santo que acabo de inventar a cuenta de las devoluciones que se producen al día siguiente de la llegada de Papá Noel o de los Reyes Magos. Estamos en una sociedad en la que, al menos para las clases medias y altas, a pesar de tener de todo, como dice mi suegra, “de todo y en abundancia”, siempre estamos esperando un regalo en determinadas fechas, y si no lo recibimos, nos enfadamos. Por ello, es muy difícil que se nos regale algo realmente necesario, algo que realmente nos guste, y es lo que explica que haya tantas devoluciones.

Esto es muy fácil de explicar, compramos por tradición, en fechas señaladas e influidos por la publicidad. Así, en mis conferencias, cuento la anécdota de que habiendo pasado tres días en un foro internacional que se desarrollaba en inglés, en Frankfurt, tras pasar el control policial en el aeropuerto me encuentro durante dos horas en un pasillo largo lleno de tiendas “Duty free”. Y, en ese momento me acuerdo de que algún regalo tengo que comprar. Efectivamente, me acerco a una dependienta de una de esas tiendas y como no sé qué llevar a mi mujer pues, como todo el mundo hace, pienso que “¡tiene de todo!”, le pregunto qué puedo regalarle a mi esposa. Y allí me tienes, un español casado desde hace 40 años, hablando en mal inglés a una señora alemana que no conoce a mi esposa preguntándole que qué puedo regalarle. Tras enseñarme un sinfín de productos al final me sugiere que le lleve una pashmina. Yo, todo contento porque al fin me he quitado un peso de encima, le pido que, por favor, me lo envuelva mucho mucho que “es para regalo”. Así que subo al avión con la certeza de que no van a ponerme ningún impedimento porque ha sido comprado en las tiendas del aeropuerto.

Al llegar a mi casa, estoy todo contento porque “esta vez” me he acordado de comprar algo y tengo ilusión al ver su cara cuando lo reciba. Abro la puerta y le digo: “¡Mira qué te he traído de Frankfurt!”. Ella, toda ansiosa quita un primer envoltorio, luego otro y, al final, otro más y al ver el regalo, con cara decepcionada, exclama: “¡Gracias, mi amor, otra pashmina verde como la que me trajiste del aeropuerto de Roma hace dos meses!”.

Si analizamos esta anécdota vemos que bien la podríamos generalizar para tantas otras ocasiones, cumpleaños, aniversarios, días de Navidad o Reyes, día de los enamorados, del padre, de la madre… es decir todas esas fechas que la sociedad nos obliga a regalar por regalar.

Y yo me pregunto ¿qué es un regalo? Un regalo es un objeto, aunque muchas veces un beso, una caricia o un abrazo son el mejor regalo, que responde a los intereses o necesidades de la persona que lo recibe. Sin embargo, la mayor parte de las veces, se adecua solamente a los gustos de la persona que lo entrega.

Por ello, el mejor consejo para que no nos devuelvan los regalos que hacemos es comprar algo cuando esa persona te diga que ha visto algo que le gusta, lo guardamos y se lo damos en esa fecha señalada. ¡Seguro que así acertaremos!