Los manteros insisten en la agresión sufrida por la espalda mientras que el policía afirma que hubo forcejeo

Lo único seguro del altercado entre los dos manteros y dos agentes de policía durante las Fiestas del Pilar del 2017 es que lo hubo. Este martes se han sentado en el banquillo de la Audiencia Provincial de Zaragoza dos manteros y un agente de la Policía Local de Zaragoza, acusándose mutuamente de haberse agredido durante una persecución por las calles del centro de Zaragoza durante las celebraciones del Pilar. Mientras que los agentes defienden que los manteros se lanzaron sobre ellos, estos lo niegan y acusan a uno de los policías de propinar en la nuca un golpe con la culata de la pistola para reducirle.

Las Fiestas del Pilar concentran a una gran cantidad de vendedores ambulantes en las principales calles y plazas de la ciudad, una práctica recogida como ilegal. Durante una intervención, dos agentes de la Policía Local de Zaragoza, vestidos de paisano, vieron en los porches de Ibercaja en la plaza Paraíso a varios manteros. Allí comenzaron su persecución que se trasladó por las calles Pedro María Ric y León XII para acabar en Lacarra de Miguel, donde suceden los hechos.

Uno de los manteros defiende que, al intentar interceptarlo, recibe por parte del policía acusado un golpe con la culata de la pistola en la nuca. “No sabía dónde estaba”, ha afirmado que sintió tras recibir el golpe. El otro vendedor defiende que, durante la persecución, no tiró con los fardos de venta a una mujer y que, al ser detenido, tampoco propinó patadas a otro agente. Tal y como le acusa la Fiscalía.

El policía acusado defiende que el mantero “se abalanzó sobre él y los dos cayeron al suelo” es entonces, según ha afirmado en la sesión, su arma reglamentaria salió disparada y el vendedor trató de alcanzarla. Aquí es cuando afirma que se vio obligado a golpearle en la cabeza. El compañero policía que se encontraba con él ha corroborado su versión y ha expresado que “estaba más preocupado por lo que hacía su compañero que él con el suyo”, en referencia a la detención del otro mantero.

Varios testigos que se encontraban tomando algo en la calle Lacarra han afirmado que vieron una “marabunta” de personas corriendo y a uno de los agentes con una pistola en la mano correr tras ellos. Algunos de ellos se dirigieron a ver el incidente y han testificado que “fueron increpados” por los agentes.