Opinión

La cara oculta de la pandemia

Acaba de llegar a mis manos, como inesperado regalo navideño, el último libro del periodista y especializado en temas ambientales, Ezequiel Martínez. Este madrileño, afincado en Andalucía, acaba de publicar S.O.S. Emergencia climática. El futuro de la humanidad en peligro. Un ensayo con un título inquietante, prologado por dos grandes defensores del medio ambiente: Federico Mayor Zaragoza, exdirector general de la UNESCO, y Francisco Casero Rodríguez, presidente de la Fundación Savia. Como afirma el autor en su dedicatoria personal: “Este libro es de rabiosa actualidad y me ha costado escribir y recopilar estas reflexiones sobre la amenaza que viene: El Cambio Climático”. Esa es, en opinión de muchos especialistas en pandemias y continuas amenazas medioambientales, la cara oculta del coronavirus. La pandemia más grave de las últimas décadas que, lamentablemente, ha quedado solapada durante los últimos meses por esta terrible amenaza mundial contra la salud de los seres humanos.

Ahora que se empieza a vislumbrar la luz al final de este negro túnel con la vacunación progresiva de toda la población, comenzando por los más vulnerables, las mentes más privilegiadas y los especialistas en ciencias medioambientales como Ezequiel, vuelven de nuevo la mirada a la situación de emergencia del Planeta y predicen con crudo realismo un futuro catastrófico para las próximas generaciones. Tal como afirma Mayor Zaragoza en el primer prólogo: “El cambio climático es ya una realidad incontestable… y la habitabilidad de la tierra se deteriora sin cesar”. O como comenta Francisco Casero en el segundo prólogo: “Conceptos como biodiversidad, erosión, despoblamiento, consumo responsable…tienen que estar sobre la mesa como asuntos prioritarios para la toma de decisiones”. Como punto de partida para elaborar este denso y bien documentado ensayo, Ezequiel Martínez cita en la introducción, de lo que denomina “manual de emergencia climática”, a grandes precursores en la defensa del medio ambiente como el prusiano Alexander Von Humbolt y el inglés Charles Darwin. En su libro Cosmos, Humbolt ya habló del “cambio cíclico” de la naturaleza e intuyó que las cuestiones sociales, económicas y políticas se hallan estrechamente relacionadas con los problemas ambientales. Más duras son las afirmaciones de George Perkins Marsh, primer ecologista estadounidense, que en el siglo XIX vaticinó: “Si no cambiamos, el Planeta acabará en un estado de superficie destrozada, excesos climáticos, y podríamos llegar a la extinción de la especie humana”.

Todas estas reflexiones y consideraciones sobre el Cambio Climático se acentúan en un momento crucial en el que la pandemia nos ha demostrado que somos cada vez más frágiles y vulnerables, y que unos de los motivos de esta y otras enfermedades globales se debe al deterioro progresivo medioambiental que es cada vez más evidente y se advierte en el calentamiento global, en el efecto invernadero, en el deshielo del Ártico y de la Antártida, en la deforestación, en los incendios y catástrofes naturales cada vez más frecuentes… Lo peor de todo es que no existe una fórmula mágica ni una vacuna eficaz para esta enfermedad casi irreversible del Planeta. Además, los países más desarrollados, que suelen ser los que más contaminan, no se ponen de acuerdo en las frecuentes cumbres en defensa del clima y del medio ambiente. Por eso, es de esperar que se solucione cuanto antes el problema de la Covid-19 y se preste toda la atención a nivel mundial a la defensa del único mundo que hemos heredado de generaciones anteriores y que estamos degradando como triste herencia para nuestros nietos y biznietos. Hago mías de nuevo las palabras esperanzadas de Ezequiel Martínez en la presentación de su ensayo: “Aún estamos a tiempo de revertir la situación y mitigar los efectos del cambio climático. No hacerlo, nos llevaría en un futuro no muy lejano a la sexta extinción”.