Identifican en una cueva de Huesca a los primeros pastores trashumantes de Europa

Hallazgos Els Trocs
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La cueva de Els Trocs, situada en San Feliu de Veri/Bisaurri (Huesca), fue ocupada estacionalmente por los primeros pastores trashumantes documentados en Europa. Así lo afirma la prestigiosa revista científica PLOS ONE (“The Public Library of Science ONE”), que ha publicado esta misma semana los resultados de una investigación que ha llevado a cabo el equipo de arqueólogos e investigadores, en la que han participado técnicos aragoneses.

Els Trocs, la cueva con hábitat neolítico situada más al norte de Aragón, ha permitido documentar una secuencia de ocupación que abarca entre finales del sexto milenio y finales del cuarto milenio a. C., y que manifiesta una extraordinaria riqueza tanto de cultura material como de fauna, junto a una secuencia completa de dataciones radiocarbónicas y analíticas detalladas relativas a fauna, vegetación, polen, fitolitos, sedimentología, antropología y ADN.

Los abundantes estudios que se han llevado a cabo han permitido documentar un periodo que suscita un vivo debate científico a nivel internacional, y es el del trascendental paso de las sociedades cazadoras-recolectoras a las productoras, en este caso a la temprana práctica de la ganadería.

En el caso de Els Trocs, se ha podido analizar la transición del mesolítico al neolítico en el valle del Ebro y la posterior expansión o colonización durante el Neolítico antiguo de sus afluentes, tanto hacia el sur como hacia el norte, destacando la temprana colonización del Alto Pirineo, y el establecimiento, desde fecha tan temprana, de rutas trashumantes.

Los hallazgos realizados en el yacimiento demuestran que hace siete mil años, los antepasados neolíticos ya sustentaban una economía ganadera basada en la gestión de los rebaños combinando los pastos en las tierras bajas durante el invierno para pasar a las tierras altas pirenaicas durante el verano. Es la evidencia más temprana de este proceso en la Península Ibérica.

Por lo que respecta al artículo que acaba de publicar PLOS ONE, se trata de un estudio multidisciplinar que, a los trabajos arqueológicos propiamente dichos, ha sumado los estudios arqueozoológicos, los análisis de isótopos de carbono y oxígeno sobre la bioapatita del esmalte de los dientes de ovejas, y el análisis de los paleoparásitos hallados a lo largo de la secuencia.

Los resultados de las investigaciones realizadas son contundentes ya que, a través del estudio de las pautas de sacrificio de los restos de ovinos acumulados en la cueva, a lo largo de los más de 2000 años que estuvo ocupada de manera recurrente e intermitente (ocupaciones estacionales de finales de primavera y verano), se detecta una progresiva disminución de las muertes perinatales, un retraso en la edad de sacrificio de esta cabaña y, por tanto, la práctica de una gestión ganadera avanzada en la que el control creciente sobre la época de cría y la explotación de los pastos en altitud resultarían factores clave para aumentar el tamaño y la capacidad productiva de los rebaños.

Los datos isotópicos registrados en la bioapatita del esmalte dentario revelan no solo que las ovejas recuperadas en la Cueva de Els Trocs vivieron a lo largo del año en ambientes ecológicos diferentes, pasando en el valle otoño e invierno y en la montaña primavera y verano, sino que también evidencian, por primera vez, la desestacionalidad del ciclo natural reproductor de esta especie.

Por su parte, los análisis de los paleoparásitos indican que la cantidad de parásitos por muestra de sedimento recogida a lo largo de la secuencia, aumenta en cantidad y variedad de helmintos conforme se avanza en el tiempo, lo que ha permitido corroborar el aumento de la actividad ganadera en el entorno de la cueva desde el Neolítico antiguo hasta el Neolítico medio/final y la relación de la movilidad de los rebaños con la expansión del proceso de neolitización y antropización de las zonas de alta montaña del Pirineo Axial.

Según informan fuentes del Gobierno de Aragón en un comunicado, se trata, por tanto, de la primera constatación científica de este tipo de explotación pecuaria en toda Europa en un momento muy temprano que el carbono 14 ha cifrado en unos 7.300 años aproximadamente.

Estas investigaciones confirman que se trata de los primeros momentos de la introducción de la economía de rendimientos diferidos (agricultura y ganadería) en la Península Ibérica. El hecho de que se haya confirmado este tipo de práctica pastoril tan específica y especializada en una fecha tan temprana (escasos 300 años desde la constancia más antigua de domesticación ganadera en la Península), permite aventurar que el Neolítico o los grupos neolíticos que aquí llegan, tras un largo periplo que comenzó en torno a 9000 años en el Próximo Oriente, lo hacen con un gran desarrollo tecnológico y un bagaje cultural y humano de varios milenios y todo un continente recorrido.

Por ello, la práctica de los movimientos estacionales y en altitud descubiertos en Trocs, formaría parte de ese acervo cultural inmaterial conocido en época histórica como trashumancia, que el tiempo va arrinconando inexorablemente y cuyo futuro en nuestro país es hoy más que incierto.

Los trabajos que han dado lugar a la publicación han estado dirigidos por José Ignacio Royo, arqueólogo de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, y Manuel Rojo, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Valladolid.