Los ciudadanos de la Comunidad de Aragón han tenido que renunciar a muchas cosas desde la aparición del covid. Estas Navidades se recordarán como las más atípicas desde hace mucho tiempo pero a una tradición como la del Roscón de Reyes no se le podía dar la espalda. Este martes, las filas de todas las pastelerías de los barrios de Zaragoza daban la vuelta a la esquina para conseguir el mejor regalo que traen los Reyes Magos.
En Fantoba, establecimiento que ofrece a sus vecinos dulces tradicionales desde 1856, este es uno de los días más importantes del año. Su encargada, Victoria, ha valorado que “la gente está muy animada”, y ellos intentan hacerlo de la mejor manera para que “la gente disfrute”. Harina, mantequilla, huevos o esencias inundan estos días la pastelería y, aunque no han querido desvelar su secreto, ponen por encima de todo “nuestros productos de la zona”.
Aquí han tenido que adaptar la oferta de reservas a las condiciones actuales, ya que el establecimiento no es capaz de recoger toda la afluencia de clientes, por lo que recomiendan llamar para realizar los pedidos previamente.
A tan solo unas calles, en Los Mallorquines, las filas llegaban hasta el Teatro Romano. Este roscón es el favorito de los vecinos del barrio, que han subrayado que “este año será de menor tamaño debido a las restricciones familiares”. A pesar de ello, el secreto de este roscón, ha destacado su encargado, Miguel Catalá, está en “la utilización de levadura madre”. Ellos llevan todo el año trabajando, han hecho frente a los Ertes y al covid, pero ahora “van a dar un plus”.
Con todo ello, los vecinos de Zaragoza tienen asegurado pasar un gran día de Reyes en compañía de los más allegados y disfrutando de esta tradición, la cual su mayor regalo está en el interior.
