JIM ya conoce a los juveniles del Real Zaragoza

Iván Azón, autor del primer gol. Foto: Real Zaragoza
photo_camera Iván Azón, autor del primer gol. Foto: Real Zaragoza

“Entrenador nuevo, victoria segura”. El Real Zaragoza de la 2020-2021 era capaz hasta de tirar por el suelo este manido dicho del mundo del fútbol. No fue así y consiguió sacar adelante el partido en la prórroga (0-2) ante la Gimnástica de Torrelavega, lo que le otorga el pase a la segunda ronda de la Copa del Rey. No sin antes sufrir ante el conjunto cántabro, al que no pudo generar ocasiones en todo el partido y a quienes solo el agotamiento les dejó de rodillas ante dos juveniles, Francho Serrano e Iván Azón, que saliendo desde el banquillo, con sendos goles ajusticiaron al rival de Tercera División.

La juventud primero. Iván Azón, a pocos días de cumplir 18 años, aprovechó un cabezazo del Toro para rematar al arquero y abrir la lata en el minuto 100, hecho que no se creía al final del encuentro. “Va a ser inolvidable, marcar con la camiseta del Zaragoza ya es inolvidable y, hacerlo en Copa, ya es un sueño”, sonrió incrédulo el joven zaragocista.

Minutos después, su compañero en la medular, Francho Serrano, aprovechó un hueco en la defensa para acariciar un balón a la base del poste y cerrar la eliminatoria. El campeón de España juvenil ya ejerce de capitán consciente de lo que está sufriendo el vestuario con esta mala racha. “Siempre es bueno ganar, anímicamente para el vestuario va a venir muy bien y de aquí para arriba, a ganar muchos más partidos”, valoró el centrocampista.

Dos estrenos goleadores de los que se sirvió el conjunto aragonés para ganar con pocos alardes, ya que no puso en apuros al guardameta en todo el encuentro, prueba de que JIM todavía tiene mucho trabajo por delante. “Estamos contentos, por los jugadores más todavía porque se sacan un poco esa carga. Nos han apretado y hemos pasado un rato malo pero, al final, hemos tenido ese puntito de suerte que queremos que se traslade a la Liga”, indicó el técnico alicantino.

El conjunto aragonés debe trasladar las buenas sensaciones y los resultados a la competición doméstica, donde las urgencias son extremas antes de afrontar el parón de Navidad. “Ya no cabe más felicitación porque llega el partido contra el Lugo, que es vital, como lo van a ser muchos, pero este lo va a ser porque luego hay un parón por las fiestas y hay que llevarse un buen sabor de boca para la afición y tener unas buenas navidades”, valoró.

A pesar de todo, el nuevo entrenador se mostró “muy contento”, pero más y de todo corazón “por los jugadores”, más que por él mismo, ya que “se les ve en el campo cómo sufren”. Puede empezar a contar con los juveniles, que paso a paso se van adueñando del escudo del león.