Los malos resultados en los que se encuentra inmerso el Real Zaragoza ha obligado a tomar medidas a la entidad. El primer damnificado fue Rubén Baraja, y ahora es el director deportivo, Lalo Arantegui, el que deja el club. Ante su despido, el hasta ahora directivo ha enviado una carta de despedida, donde ha mostrado “honor y orgullo” por su cargo de director deportivo.
Su misiva iba dirigida a todos los que componen el Real Zaragoza, a la afición y a sus familiares y amigos. El día de su cese fue “muy duro” como zaragocista y como profesional. “Me hubiese gustado cumplir el sueño de todos nosotros”, explicaba en referencia al ascenso. Así llegó hace casi cuatro años y con esa espinita se va.
Según explica, durante este tiempo ha puesto su vida a disposición de la entidad, y afirma que lo volvería a hacer. Los años donde se ha rozado el ascenso a Primera División, dos en concreto, “son inolvidables”. Aquí ha querido destacar el trabajo de los profesionales con los que ha trabajado, y solo puede “dar las gracias a todos”.
En este mismo, se ha acordado también de los que han trabajado de su mano, de quienes también “se han dejado el alma en conseguir los objetivos”. La referencia es a José María Barba y Álex Monserrate, a quien les atribuye gran parte de sus aciertos como líder de la parcela deportiva. “Tenéis todo mi respeto y mi amistad”, declaraba.
Una mención especial ha merecido también el director general de la entidad, Luis Carlos Cuartero, por el apoyo recibido, así como al Consejo de Administración. “Gracias por darme, desde el primer minuto, la libertad de poder acertar y también de equivocarme”, señalaba. La afición, los entrenadores, los jugadores y el resto de trabajadores también han recibido el agradecimiento de Lalo.
Por último, ha lanzado un mensaje de buenos deseos para el futuro de la institución zaragocista. “Deseo que este club, el club de mi vida, esté siempre en el lugar que corresponde. Ha sido un honor y un orgullo ser el director deportivo del Real Zaragoza”, sentenciaba.
