La víctima de la paliza de fiesta en la calle Contamina estuvo en "peligro de muerte"

La paliza ocurrió en la madrugada del 2 de abril de 2017
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El joven que recibió una paliza en la puerta de un bar de fiesta en el Casco de Zaragoza, estuvo en “peligro de muerte” cuando entró al quirófano del hospital Miguel Servet. La brutal paliza, que sienta en el banquillo a cuatro jóvenes, ha provocado que la víctima sufra como secuela una limitación de movilidad en una de sus manos y una pérdida de 25 grados de flexión en el cuello al llevar varias barras de titanio por la operación vital.

En la segunda sesión en la Audiencia Provincial de Zaragoza, se juzga a cuatro jóvenes por agredir “sin motivo” en la puerta del bar Osiris en la calle Contamina del Casco de Zaragoza a un joven que estaba de fiesta con un grupo de amigos, como han defendido este lunes los testigos presentes de la pelea.

Las periciales ejercidas por el doctor Cobo y Baena del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) han afirmado que la víctima padecía una artrosis previa pero que no le causaba dolor. En la que la pelea fue el detonante para la situación crítica que vivió. “Las dos cosas eran necesarias para producir ese efecto”, ha defendido el doctor Baena.

La situación de la víctima era tan crítica, que desde el Miguel Servet se le evaluó con “pronóstico muy malo”, pero que gracias a una evolución “genial” la víctima pasó de “estar a punto de morir, después a quedarse tetrapléjico, luego tetraparéxico (más capacidad motora que una tetraplejía que es la pérdida total) y al final solo -parexia-una extremidad”, ha relatado el doctor Cobo.

La parexia que sufrió, como consecuencia de la pelea, le impide mover en su totalidad la mano izquierda. Además de la pérdida de movilidad, se le tuvo que intervenir con una descomposición medular y se le introdujeron varias barras de titanio fijadas en cuatro vértebras. Esta estructura metálica le ha hecho perder 25 grados de flexión, “una limitación importante”, ha expresado el neurocirujano del Servet, Moler Herbera.

La Fiscalía ha añadido también que los cuatro jóvenes sentados en el banquillo estén acusados como una alternativa de intento de homicidio lo que no sumaría una pena mayor a los nueve años. También el Ministerio Público ha querido sumar como agravante el abuso de superioridad al estar la víctima “única y desvalida”.

La acusación ejercida por la víctima ha retirado el delito de odio a los cuatro acusados, mientras que la defensa, que no descarta la inocencia, pide que si se les declara culpables o se les imponga un delito de lesiones de tres meses, o si la culpa es mayor, una condena de año y medio.