El Huesca sigue sin vencer en Primera pero logra un meritorio empate en El Sadar (1-1)

Partido que enfrentó al Huesca y al Osasuna. Foto: S.D. Huesca
photo_camera Partido que enfrentó al Huesca y al Osasuna. Foto: S.D. Huesca

Volvía el fútbol a Primera División y, de esta forma, el Huesca defendía de nuevo el escudo en el fútbol profesional. El Sadar era su destino, pero la victoria volvía a atragantarse para el conjunto altoaragonés. Sandro en el minuto 5 adelantaba a los visitantes y David García ponía el 1-1 definitivo.

Saltaba la Sociedad Deportiva Huesca con un once poco revolucionario. Portería para Andrés, línea de cuatro Pedro López, Insúa, Siovas y Javi Galán. En medio, trivote. Mikel Rico, Mosquera y Borja García. Arriba, otros tres; Ferreiro, Sandro y Rafa Mir. Míchel insistía en su 11 casi ideal tras el parón de selecciones.

Apenas a los cinco minutos ya se ponía por delante el Huesca. En una contra fácil, Rafa Mir se internaba por banda izquierda. El centro superaba a Unai e iba a las manos de Sergio Herrera. Este rechazaba el centro y caía directamente a las botas de Sandro, que solo tenía que empujar para enviar la pelota al fondo de las mallas. 0-1 en el Sadar.

Era Osasuna el que llevaba la iniciativa desde entonces. Sin embargo, la fragilidad atrás permitía al Huesca generar ocasiones de peligro. Primero Ferreiro y después Borja García –aunque este en fuera de juego- seguían probando fortuna. Entretanto, el central del Huesca Pablo Insúa veía la tarjeta amarilla.

Alguna internada ofrecían ambos equipos. La primera pelota seria que enganchaba bien Osasuna era por medio de Íñigo Pérez a los 24 minutos, pero no era complicada de atajar para Fernández. El duelo estaba equilibrado, pero el acierto oscense le dejaba momentáneamente con los tres puntos bajo el brazo. En eficacia ganaban los de la comunidad aragonesa.

Otra más, quizá la más clara del partido, la tenía Rafa Mir. Se quedaba solo ante el cancerbero navarro y este rechazaba su primer disparo. Le caía el cuero de nuevo, pero enviaba fuera con todo a favor. Era el minuto 35. Y en el 36, Sandro se la llevaba por la izquierda y, sin pensárselo, remataba para que Herrera rechazase el esférico. El Huesca era más merecedor del 0-2 que el Osasuna del empate.

Gol tras el paso por vestuarios

Poco más sucedía en el encuentro hasta que se decretaba el paso por vestuarios. La vuelta a la actividad era una incógnita. Osasuna empezaba fuerte con un remate perfectamente dirigido de David García. Sin embargo, cuando ya se lamentaba Míchel, el balón cogía efecto y se iba lamiendo el poste de Andrés. Primer aviso navarro.

El segundo y el tercero llegaban a continuación. Budimir probaba a Fernández en el 50 y el rechace de Enric Gallego volvía a pararlo Andrés. La cuarta sería de Oier, pero el disparo lejano se marchaba a la izquierda de la portería oscense. Rubén García volvía a rematar de cabeza, y de nuevo, cuando se cantaba el gol, el balón resultó irse fuera.

Cada vez que atacaban los locales sufrían los altoaragoneses. El asedio era constante, pero los oscenses se defendían con uñas y dientes. Siovas, Insua, López, Galán… todos se volcaban para mantener la renta. Sin embargo, el peligro terminaría en gol. Osasuna sacaba un córner en corto, Jony centraba y García ponía las tablas en el marcador. Se intuía, pero el mazazo era grande.

Se igualaba la contienda no solo en el electrónico, sino en el juego. El Osasuna bajaba la intensidad y la subía el Huesca, lo que provocaba acercarse un poco más al 1-2. Eso sí, sin dejar el asedio. Como nota positiva, volvía Okazaki al terreno de juego. Sin embargo, los equipos firmarían el pacto de no agresión de cara al final del partido.

Así terminaba el encuentro. El empate hacía justicia para ambos equipos. El Huesca mereció el empate, un resultado meritorio para ser una visita al estadio navarro. El séptimo punto del Huesca sabía mejor que los anteriores, pero los de Míchel deben emplearse a fondo para lograr cuanto antes una victoria.