La crisis sanitaria ha hecho que mi empresa cierre definitivamente la persiana. Ahora no tengo ni para pagar a mis fieles empleados y no sé cómo actuar. Me siento un fracasado

No son tiempos fáciles. Muchas empleados y empresarios se encuentran en situaciones límite que no les permiten tener una visión optimista del futuro. El fracaso es una realidad a la que todos estamos expuestos; sin embargo, si lo asumimos con una actitud correcta podremos incluso fortalecernos y abrirnos a nuevos horizontes.

Este sentimiento será temporal y lo importante es saber actuar ante él para evitar enquistarlo. El primer paso es aceptar la situación y permitirte tu espacio para dar lugar a la tristeza, si bien tratando a su vez de canalizarla y encauzarla, recordándote todo lo que has aprendido de esta situación porque de ella volverá a nacer el éxito personal y profesional.

Es momento de apoyarte en tu entorno más cercano, familia y amigos, y rodearte de un equipo de abogados de confianza que te asesore de los pasos que convienen llevar a cabo en estos momentos.

Mi consejo: Alcanzar la felicidad dependerá del manejo positivo del fracaso y por el esfuerzo de resistirte al mismo. La idea de que uno nunca debe equivocarse limita el crecimiento y nos impide evolucionar.

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