Opinión

Pillándote

En estos momentos en los que estamos sitiados, tras tanto tiempo pasado… Además de que no hay clarificaciones con respecto al virus que sigue matando e incomodando, tenemos las disputas por donde quiera que alcanzan nuestros ojos, -que andan mirando con la mascarilla de debajo de ellos-; con cada comunidad autónoma disparmente atajando el tema vigente de la enfermedad que no cesa, Pilar casi se quedó donde estaba. Viviéndola continuamos, y en recuerdo experimentado todavía más en su día por excelencia.

Ojos que lacrimaron prácticamente sin final de fin, pero con el fin de una causa: la de resucitarte en verso de besos o en prosa que no cansa… O mejor, de las dos maneras.

Día doce de docena, de apostolanismos exentos de traicionerajes. Carta que te dirijo porque te la mandamos entre todos, remitentes que entre silencios no lo decimos sino con los décimos de la lotería de tenerte con, entre y para nos.

Sin dejar de lado, ni mucho menos, la majura de la magia compartida de los alimentos menos imperecederos para la gente necesitada: esa fue la ofrenda de frutos de hace no tanto

Líneas que son respetadas por los de aquí y los de allá. Emigrancias de migración de almas que confluyen en el conjunto de cantarte desde el juego del pijo+pita+picos+pita, hilando el tema con el famoso pica+pille+piPor+pitu+pigal (por cierto, no vendría nada mal la unión de dicho país con el nuestro).

Y más que nada, Pilarica, para contarte entre visos de visiones ensoñadas desde la imaginación que procura el rehecho de dibujarte desde una talla puesta más allá del estándar.

In situ, a Ti vamos muchos de no qué importa qué color y de más: esta vez fue bastante a través de los sueños posibilitarios del recrearte. Tuya es la corona sin mal. Sin más recreo que el del pilla pilla para pillarte, surcando los velos de niebla de días de duelo llanteado, pues los párpados nos han pesado por el tremendo pesar de haberte tenido que florear digitalmente y no en persona.

Pi la del Lar, Pilar amiga, Pilar desbordante, Pilar sin mayor control que el de creer en Ti, esa que eres Tú, buena parte del cosmopolita pueblo universal firmamentado día y noche.

Pi ele ar, pelear, ir viviendo. Pili de pilas puestas, Piluchi de peluche e innumerables: ¡felicidades a todas las mozas con este nombre también!