Comienza el juicio por el asesinato y torturas de la niña Naiara por parte de su tío político

El juicio comienza hoy en la Audiencia Provincial de Huesca
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Comienza el juicio del asesinato de Naiara, la niña que fue torturada hasta su muerte por el hermano de su padrastro, Iván Pardo Pena. La niña tenía 8 años cuando sufrió las brutales torturas por no hacer los deberes del colegio. El brutal asesinato tuvo lugar en la casa de la madre del padrastro de la niña en Sabiñánigo (Huesca) el 6 de julio de 2017.

El acusado se enfrenta a un juicio en el que la Fiscalía y la acusación particular, ejercida por el padre biológico de la niña, piden prisión permanente revisable, si esta se diera, sería la primera prisión permanente revisable aplicada en Aragón. El juicio ha comenzado hoy, en la Audiencia Provincial de Huesca. Entre los acusados se encuentra su tío, que confesó el asesinato, la madre de este, Nieves Pena y el padrastro Carlos Pardo, que se enfrentan a tres años y medio de prisión por implicación en la tortura de la niña.

Naiara Valentina acababa de finalizar tercero de primaria con notas más bajas que otros años. Por esta razón, la madre de la niña decide enviar a la pequeña a la casa de la madre de su actual pareja Carlos Pardo. Allí comenzó el infierno de la niña, donde, según los hechos narrados por la acusación, sufrió torturas como estudiar durante dos días sin dormir de rodillas sobre ortigas, grava, sal o arroz. Todo ello bajo la vigilancia de sus primas, también menores de edad. Las pruebas también muestran la humillación de la niña que era grabada con el móvil con orejas de burro.

El día de su muerte el 6 de julio de 2017, según la acusación, la niña no se sabía la lección. Por lo que su tío político, Iván Pardo, la golpeó en la cabeza con los nudillos, le efectuó descargas eléctricas con una raqueta matamoscas, la ató con grilletes e incluso le metió un calcetín en la boca para que no gritara. La niña quedó finalmente inconsciente cuando fue golpeada por Pardo contra el suelo. Al no moverse la niña, los acusados decidieron llamar a una ambulancia donde se alegó que Naiara había caído por las escaleras. Finalmente, la niña fallece en el hospital Infantil de Zaragoza.

Los acusados han preparado la defensa del juicio alegando un “carácter rebelde” que creó en Iván Pardo “una ira incontrolable, un estado de arrebato y obcecación insuperables”. También hablan de que el asesino confeso, “no estaba pasando un buen momento” y que “el estrés y la preocupación” habían causado en él problemas neuronales de pérdidas de consciencia. Por esto, piden al jurado popular que se le aplique homicidio imprudente y lesiones dolosas. La defensa pide también la absolución del padrastro y la abuela por falta de pruebas.