Cuando los hijos empiezan a crecer, los padres sueles mostrarse preocupados por la actitud que van adoptando ante la vida ya que la adolescencia es la etapa en la que se desarrolla su independencia y en la cual buscan su propia identidad.
La presencia de problemas emocionales es común en los adolescentes, por ello es importante potenciar la comunicación familiar, establecer límites con los hijos y transmitir de forma clara las normas que deben seguir, así como las consecuencias en caso del incumplimiento de las mismas.
Si tu hijo ha llegado a un estado en el que manifiesta comportamientos agresivos y malas contestaciones de forma reiterada, mostrando un claro problema de conducta, es importante acudir a un profesional especializado para que os ayude a lidiar con esta situación. La gravedad y la frecuencia de las infracciones ayudará adiferenciar si se trata de una conducta rebelde propia de la edad o si realmente la situación es amenazante y requiere de intervención profesional.
Mi consejo: En estas situaciones, el punto central y esencial es retomar el control.