Nace la Plataforma de Afectados del Gancho para reclamar medidas contra “la degradación y la peligrosidad” que viven muchos vecinos del barrio. La Plataforma se concentrará el próximo domingo 30 frente al Ayuntamiento de Zaragoza para reclamar medidas urgentes para el céntrico barrio.
La Plataforma que se constituyó, como muchos movimientos vecinales, a través de Facebook reclamará el próximo día 30 en la plaza del Pilar soluciones reales a la situación que atraviesa el céntrico barrio y en general el entorno de la calle Pignatelli. Un malestar que ya se hizo público el año pasado con una concentración frente al Consistorio zaragozano que quería mostrar el malestar vecinal y que solo consiguió eliminar un andamio que obstaculizaba el paso en la calle Pignatelli. Algo que desde la recién nacida Plataforma no creen que fuese suficiente.
Desde la Plataforma vecinal, creen que han agotado las conversaciones con los diferentes grupos políticos, que “no han conseguido hacer nada”. Solo piden “poder vivir tranquilos” en un barrio que, para los vecinos reunidos en la Plataforma, sorprende la degradación existente a cinco minutos de la plaza del Pilar u otros cinco de la sede del Ejecutivo aragonés.
Uno de los portavoces, Óscar Villanueva, compró su vivienda en el barrio en el año 2002 y desde entonces ha vivido una degradación progresiva y una mayor sensación de peligrosidad. Ha afirmado que muchos de los vecinos de la calle Pignatelli conviven con viviendas ocupadas y que, según ellos, producen en muchas ocasiones peleas “a machetes y navajazos”. Algo que, según Villanueva, modifica su vida y la de todas sus personas cercanas, ya que “muchos de sus amigos y familiares han dejado de ir a su casa en determinados horarios”.
Sus propuestas parten de lo social, y más ahora, dentro de una emergencia sanitaria. Desde la Plataforma han denunciado que la insalubridad debería cuidarse ahora más, y que existen otras plagas como la suciedad que muestra “el incivismo” del barrio. Otra de las quejas, según la Plataforma, es la especulación inmobiliaria de la zona. Y que, proyectos culturales como Las Armas, solo han traído más problemas como el ruido.
