Muchos paleontólogos nos adjudican una historia de varios millones de años, aunque hay antropólogos que la reducen a algunos cientos de miles. Somos parientes de los grandes simios y, en general, de los mamíferos. Con ellos compartimos nuestro instinto jerárquico y territorial, a veces en exceso. Además, sentimos tal apego por nuestras mascotas que proyectamos en ellas nuestras emociones: alegría, tristeza, lealtad, etc. Algunos antropólogos prefieren remontar nuestro origen, no tanto a la cultura material, como a la aparición de una versátil y extraordinaria herramienta social. ¿De qué herramienta se trata?
